sábado, enero 31, 2015

Biblioteca: El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde 

Robert Louis Stevenson
S. A. de Promoción y Ediciones
Círculo Internacional del Libro
Madrid
1984
200 págs.
El señor Utterson, un prestigioso abogado londinense, ha escuchado una historia de su amigo, el señor Enfield, que despierta su curiosidad. Así, Utterson comienza una investigación para averiguar la verdadera identidad de Mr. Hyde, un hombre que se presenta muy unido a un viejo amigo conocido como el doctor Jekyll.
Sus investigaciones llevan a Utterson, en primer lugar, a un testamento escrito por Jekyll, en el que hace propietario, en el caso de su muerte o desaparición, de todos sus bienes a Hyde. Más tarde el abogado mantendrá una conversación con Jekyll, el que le pedirá que se olvide del asunto. Todo cambia cuando Hyde asesina a un respetado parlamentario inglés, sir Danvers Carew, ante un testigo. Mientras Utterson ayuda en la investigación del crimen, Jekyll se vuelve cada vez más solitario y melancólico, y Utterson llega a pensar que el doctor está encubriendo a Hyde.
Llega un momento en que Jekyll se encierra en su laboratorio atenazado por una angustia que nadie comprende. Otro amigo de Utterson, Lanyon, muere de un shock espiritual con el que el señor Jekyll parece estar relacionado. Un día el mayordomo de Jekyll, Poole, pide ayuda a Utterson para tratar con un individuo desconocido que, de alguna forma, ha conseguido entrar en el laboratorio y matar a Jekyll. Ambos descubren que el extraño es Hyde, y cuando consiguen entrar en el laboratorio, encuentran el cadáver de Hyde, que se ha suicidado, mientras que Jekyll no aparece en ninguna parte.
Finalmente, Utterson lee las cartas escritas por Lanyon y la confesión del Dr. Jekyll. La primera revela que Lanyon ha sido testigo de la transformación física de Hyde en Jekyll por medio de un brebaje inventado por este último. Fue el horror ante tal descubrimiento lo que le llevó finalmente a la muerte.
La otra carta es una confesión del propio Jekyll: en su juventud se dio cuenta de que la conciencia de cada ser humano se compone de dos aspectos - el bien y el mal - que están enzarzados en una lucha continua. Siguiendo la hipótesis de que es posible polarizar y separar estos dos componentes del yo, creó una poción y su correspondiente antídoto, que podía transformar a una persona en la encarnación de su parte maléfica, consiguiendo al mismo tiempo depurar el lado bueno. Después de tomar la poción, Jekyll disminuía un tanto su estatura, tomaba un aspecto desagradable para con todos sus semejantes, adquiría la fuerza y la astucia de doce hombres, su naturaleza malvada se volvía dominante, además su inteligencia se hacía extrañamente brillante y sus reflejos extraordinarios; a esta "persona" la llamó Edward Hyde. Inicialmente los efectos de la poción eran temporales y no era necesario el antídoto. Después de unas cuantas transformaciones a Hyde, y viceversa, Jekyll se acostumbró a realizar regularmente la metamorfosis con el fin de poder entregarse a placeres antisociales prohibidos, que nunca se permitiría en la persona de Jekyll. Sin embargo, su parte maléfica se fue haciendo más y más fuerte, rebasando la capacidad de Jekyll para controlarla, necesitando el uso del antídoto para recuperar su forma original. Después del asesinato del parlamentario, Jekyll, horrorizado, decidió dejar de tomar la poción.
Desgraciadamente para el doctor, después de algún tiempo de tranquilidad, las trasformaciones a Hyde se producían espontáneamente, mejorando sus "facultades", y Jekyll sólo podía permanecer de esta forma mientras durasen los efectos, cada vez más debilitados, del antídoto. Finalmente se agotó un ingrediente fundamental del antídoto, una sal que había adquirido inicialmente en gran cantidad. Las nuevas remesas de esta sal ya no producían un antídoto efectivo. Al principio, Jekyll lo atribuyó a impurezas en estas remesas, pero finalmente llegó a la conclusión de que la impureza desconocida se hallaba en el lote inicial, siendo ésta la que otorgaba efectividad a la mezcla, por lo que nunca más podría obtener una poción efectiva, ni su antídoto, y quedaría convertido en su oscuro alter ego Hyde permanentemente.
El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (en inglés Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde), a veces titulado simplemente El doctor Jekyll y el señor Hyde, es una novela publicada por primera vez en inglés en 1886.
El libro es conocido por ser una representación vívida de un trastorno psiquiátrico que hace que una misma persona tenga dos o más identidades o personalidades con características opuestas entre sí. En psiquiatría, esto hace referencia al trastorno disociativo de la identidad (anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple). No se debe confundir esta psicopatología con el trastorno bipolar, otro desorden psiquiátrico completamente distinto, perteneciente a un grupo de enfermedades mentales conocidas como trastornos del estado de ánimo, en el que se alternan fases de manía con fases de depresión. Fue un éxito inmediato y uno de los más vendidos de Stevenson. Las adaptaciones teatrales comenzaron en Boston y Londres un año después de su publicación y aún hoy continúa inspirando películas e interpretaciones interesantes.
Hay miles de representaciones teatrales y adaptaciones cinematográficas de la obra, así como innumerables referencias en la cultura popular. La propia frase "Jekyll y Hyde" se usa para referirse a un comportamiento polarizado o a cambios de humor bruscos. La mayor parte de las adaptaciones de la obra omiten la figura de identificación del lector de Utterson para contar la historia desde el punto de vista de Jekyll y Hyde, eliminando el aspecto misterioso del libro sobre quién es la figura de Hyde. De hecho, no ha existido ninguna adaptación importante de la obra que fuese suficientemente fiel al trabajo de Stevenson hasta ahora, aunque la mayoría de ellas han incluido elementos románticos en la trama.
En el Blog El culltural de Jorge Cano podemos encontrar numerosas entradas con referencias a las adaptaciones cinematográficas.
También fue adaptada al cómic por Classic Comic: El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (Agosto de 1943, pg. 143; 60 páginas).
El personaje de Jekyll y Hyde aparece en la serie de cómics de Alan Moore de The League of Extraordinary Gentlemen, escrita por Alan Moore e ilustrada por Kevin O’Neil (conocida en España como La Liga de los Hombres Extraordinarios), y en la película, basada en la misma.
Ilustración promocional del cómic

Libros: Un día especial

Un día especial

Anne- Dauphine Julliand
Traducción de Gloria esteban
Editorial Palabra
Madrid
2014
192 págs.
Cada 29 de febrero es una fecha muy especial para Anne-Dauphine Julliand, es el día del cumpleaños de su pequeña Thaïs, que vivió solo cuatro años, afectada por una enfermedad genética hereditaria. Aquel proceso lo contó en su anterior libro Llenaré tus días de vida.
Pero la vida sigue, y hay que sobreponerse y escalar montañas con zapatos de tacón. Y cuando esta fecha llega de nuevo al calendarios, este día especial, Anne-Dauphine se regala un paréntesis, libre de trabajo y obligaciones. Quiere vivirlo plenamente. El pasado se mezcla con el presente. Cada gesto, cada palabra adquieren un color único, evocan un recuerdo huido, suscitan la risa o las lágrimas.
A Anne-Dauphine Julliand le gusta pensar que se puede escalar montañas con zapatos de tacón. Tiene el don de bosquejar las emociones de todos los días. Nos cuenta su vida familiar, no exactamente igual que la de los demás: Loïc, el hombre de su vida, sus hijos Gaspard y Arthur, pero también Azylis, su otra princesa, enferma ella también.  Una lección de felicidad y una maravillosa historia de amor que se lee de corrido, con el corazón al borde de las lágrimas. Anne-Dauphine Julliand es periodista y vive en París. Obtuvo un notable éxito entre la crítica y el público con su libro Llenaré tus días de vida, que recibió los premios Parole de patients y Pèlerin du témoignage.

Biblioteca: El estudiante de Salamanca

El estudiante de Salamanca

José de Espronceda
S. A. de Promoción y Ediciones
Círculo Internacional del Libro
Madrid
1984
84 págs.
El estudiante de Salamanca es un poema narrativo de 1.704 versos de José de Espronceda cuya versión completa se publicó en 1840, aunque desde 1837 el autor fue dando a conocer varias partes del mismo. Su argumento es sencillo e incluye el mito de Don Juan Tenorio, la locura de la protagonista, la impresionante ronda espectral, la visión del propio entierro y la mujer transformada en esqueleto, es decir, motivos ya recogidos por otros escritores, y muchas ocasiones adaptados de la tradición popular. El autor introduce varias novedades como son el uso arriesgado de los versos, la mezcla de géneros y un protagonista cínico y rebelde. En su momento el poema transgredió los cánones estéticos y fue de vanguardia.
Consta de cuatro partes. La primera parte es un prólogo en el que asistimos a un duelo de dos personajes desconocidos, y más tarde a la presentación del protagonista don Félix de Montemar. Será, según el autor, "un segundo don Juan Tenorio" por lo que será descrito como un mujeriego, irreligioso, impío, un tahúr, arrogante, prepotente e incrédulo.
En la segunda parte el lector asiste a las quejas de amor de Elvira, una muchacha que como muchas otras cayó en el engaño de don Félix. Usando sus artimañas de seductor, le prometió que si se entregaba a él sería su esposo, sin embargo, una vez consiguió lo que quería huyó dejando a Elvira. Finalmente, Elvira acabará muriendo de amor por el protagonista dejando una carta.
La tercera parte nos introduce una partida de cartas entre cinco jugadores. Entrará en escena don Félix de Montemar, quien no dudará en vender objetos que probablemente eran de Elvira (un collar y un retrato) para poder jugar una partida. Durante el transcurso del juego, aparecerá otro personaje, Don Diego, hermano de doña Elvira que viene a vengarla.
La cuarta parte se inicia con el duelo entre don Felix y don Diego, donde este último muere. Nos remite a ese "prólogo" de la primera parte. Andará vagando por las calles hasta que se encuentre al espectro de una mujer cubierta con un velo. Como buen don Juan, iniciará su conquista intentando averiguar quien es la mujer, y acabará siguiéndola por un paseo que simbólicamente puede ser el paseo hacia el más allá, pues el personaje verá cómo todo a su alrededor cambia (nos transporta a lugares donde los fantasmas y las ánimas caminan sin rumbo).
Finalmente llegarán al cementerio de Salamanca donde don Félix asistirá a su propio entierro. A pesar de todo lo descrito, don Félix mantendrá su actitud altanera sin dejarse impresionar, dando a entender que si eso es obra de Dios o del Diablo, prefiere enfrentarse a este segundo. Seguirán caminando hasta llegar a un lugar sin cielo, sin estrellas, lo que puede entenderse como el purgatorio. Para más tarde llegar a un palacio que deberán traspasar. Caerán en un torbellino que los llevará a la tumba de Elvira. Don Félix avanzará hacia el espectro que, inclinado sobre su tumba, llora. Y comprobará que el retrato que poseía de Elvira, también llora. En el momento en que nuestro protagonista llegue hasta el espectro, un coro de espectros los rodearán cantando felices que la esposa ha encontrado a su esposo. Don Felix seguirá manteniendo su actitud prepotente y altanera, incluso se permitirá burlarse de don Diego cuando este aparezca para comunicarle que debe casarse con Elvira.
El espectro femenino alargará la mano para tomar la de don Félix, y este sentirá cierto temor al notar el frío, optará pues por quitarle el velo. Descubrirá con horror que la dama que hasta ahora lo ha acompañado no es más que un esqueleto, y a pesar de sus esfuerzos por huir, la dama acabará besándolo. Don Félix se dará cuenta de que en verdad él también murió en ese instante.
El poema de Espronceda recoge varios tópicos de la tradición literaria del romanticismo. La personalidad de “don Juan” del personaje, puede estar inspirada en El burlador de Sevilla, y su arrogancia recuerda a don Jorge en Santa Juana.
La escena de doña Elvira convertida en un esqueleto espectral, puede estar influida por El esclavo del demonio de San Gil de Áurea, donde Don Gil se encuentra con el esqueleto de Leonor. También se puede encontrar esta figura en relatos del Renacimiento y el Barroco. Por ejemplo, en Jardín de flores curiosas de Antonio de Torquemada, o La constante cordobesa de Gonzalo de Céspedes. En esta escena, Don Félix, instigado por la curiosidad y su afán de conquistas, al alzar el velo de la dama, descubre una repugnante calavera que sellará su matrimonio con un beso, fundiéndolos en un remolino vertiginoso, preludio de un castigo imponente.
La visión del propio entierro, es la parte central del poema. Sus orígenes pueden estar en El purgatorio de San Patricio de Calderón de la Barca. Es de suponer que acudiera a la fuente de El golpe en Vago de José Joaquín de Mora.
El aquelarre espectral también puede ser observado con una diferencia mínima en La sinfonía fantástica de Hector Berlioz en el tiempo final, donde también se reúnen gran cantidad de seres sobrenaturales y demoníacos donde se entremezclan gemidos, gritos y carcajadas.

Libros: Malala. Mi historia

Malala. Mi historia

Malala Yousafzai
Patricia McCormick
Traducción de Julia Fernández 
Alianza Editorial
Madrid
2014
272 págs.
Premios Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafzai sólo tenía diez años cuando los talibanes se apoderaron de su región. Decían que la música era pecado. Decían que las mujeres no debían ir al mercado. Decían que las niñas no debían ir al colegio.
Malala creció en una pacífica región de Pakistán transformada por el terrorismo. Aprendió a defender sus convicciones y luchó por su derecho a la educación. El 9 de octubre de 2012 estuvo a punto de perder la vida por la causa: le dispararon a quemarropa en el autobús cuando volvía a casa del colegio. Nadie creía que fuera a sobrevivir.
Se ha convertido en un símbolo inernacional de la protesta pacífica y es la nominada más joven de la historia para el Premio Nobel de la Paz. En esta nueva edición de sus memorias, que incluye numerosas fotos y otros materiales, escuchamos de primera mano la extraordinaria historia de una niña que, desde muy pequeña, sabía que quería cambiar el mundo... y lo hizo.
La poderosa historia de Malala nos abre los ojos a otro mundo y nos impulsa a creer en la esperanza, la verdad, los milagros y la posibilidad de que una persona -una persona muy joven- puede inspirar el cambio en su comunidad y más allá.

Libros:1080 recetas de cocina

1080 recetas de cocina

Simone Ortega
Edición especial con ilustraciones en color originales de Pablo Sobisch
Alianza editorial 
Madrid
2014
876 págs.
Hace más de 40 años apareció en las librerías un libro de bolsillo que trataba la cocina de una forma absolutamente novedosa: 1080 recetas de cocina presentaba un conjunto de recetas desconocidas para la mayoría, y en ningún momento descuidaba la cocina tradicional española. Tanto por su estructura como por la cuidadosa selección de los ingredientes, las cantidades y la explicación de los pasos a seguir, y sobre todo por la fiabilidad de las operaciones culinarias -es de destacar que todas las recetas "salen"-, al poco tiempo el libro se acabó convirtiendo en el clásico por excelencia de la cocina, y hoy podemos decir que, gracias a él, más de cinco millones de personas han aprendido, al margen de modas más o menos pasajeras, los secretos de la cocina y el bien comer.

Biblioteca: La azucena roja

La azucena roja 

Anatole France
S.A. de Promoción y Ediciones
Círculo Internacional del Libro
Madrid
1984
207 págs.
Un gran amor, cruel y sin ternura, un amor que no perdona. Esta es la historia de una pareja a la que rasgan los celos. De tono muy particular donde el autor se revela como un hombre dolorido, atormentado y, por allí, difiere del personaje erudito y escéptico que se acostumbraba al público. Para Teresa como para Dechartre "el amor es el más insociable, el más salvaje de las pasiones". Pasión que France situó en primer lugar en Florencia -el lirio florentino (que hace referencia al emblema de Florencia)-, luego en París, en un marco mundano, ahora evocador de un medio y de un tiempo, como el de Proust bajo otro alumbrado. Si La azucena roja o El lirio rojo (1894) guardó su forma insatisfecha, lo debe seguramente a que es el reflejo de un amor vivido, el que ha vinculado numerosos años a Anatole France con su amiga, la Sra. de Caillavet.
Publicado originalmente con el título Le lys rouge en 1894.
Fragmento
Aquella noche Teresa, ya en la cama, como tenía por costumbre, abrió un libro antes de dormirse. Era una novela. Volvía las hojas distraídamente, y tropezó en estos párrafos:
ʺ(…) El mariposeo está permitido, se concilia con todas las exigencias de la vida elegante; pero el amor, no. El amor es la menos mundana de las pasiones, la más antisocial, salvaje y bárbara. Por esto las gentes lo juzgan con mayor severidad que los devaneos galantes y el relajamiento de las austeras costumbres”.
(…) Teresa cerró el libro. Reflexionaba que aquello era una divagación de novelistas y que los novelistas desconocen la vida. Bien sabía ella que no hay en la realidad, ni Carmelo apasionado, ni cilicios amorosos, ni vocación encantadora y terrible a la cual resistiera vanamente la predestinada. Conocía el amor como embriaguez breve que dejaba un rastro de tristeza. Nada más. Pero ¿no es posible que lo desconociese, que ignorase algo, que hubiera en realidad amores en que se abismara deliciosamente un alma? .. . Apagó la luz. Los ensueños de su primera juventud resurgían entonces entre las confusas memorias de su pasado.

Biblioteca: El tartufo/El enfermo imaginario

El tartufo/El enfermo imaginario

Molière
S. A. de Promoción y Ediccones
Círculo Internacional del Libro
Madrid
1983
192 págs.
El tartufo
Orgón es un personaje bastante importante que ha caído bajo la influencia de Tartufo (Tartuffe es el nombre dado a la trufa u hongo escondido bajo tierra), un hipócrita beaturrón, que además es bastante torpe. De hecho, los únicos que no se han dado cuenta de la verdadera naturaleza de Tartufo son Orgón y Madame Pernelle. El mediocre y ladino Tartufo exagera la devoción y ha llegado a ser el director espiritual de Orgón. Este aventurero está tratando, además, de casarse con la hija de su benefactor, al tiempo que trata de seducir a la segunda esposa de éste, Elmira, mucho más joven que su marido. Una vez desenmascarado, tratará de aprovecharse de unas donaciones (firmadas) que Orgón le ha transmitido para tratar de echar a éste de su propia casa. Va incluso ante el rey, pero éste, recordando los antiguos servicios que Orgón le prestó, anula dichos papeles y hace que Tartufo sea detenido.
Tartufo o el impostor (Tartuffe ou l'Imposteur) es una comedia en cinco actos escrita en versos alejandrinos por Molière y estrenada el 12 de mayo de 1664. La crítica de la hipocresía, que es el tema principal de la obra, se esconde también un ataque al papel demasiado influyente que tenían algunos devotos directores espirituales, que en realidad eran saqueadores de herencias. El personaje Tartufo describió de manera tan excelsa al ser hipócrita que este nombre es utilizado ahora en el Diccionario de la Real Academia Española para definir a la persona hipócrita y falsa.
El enfermo imaginario
Argán, el protagonista de la obra, que se cree muy enfermo y cultiva con pasión sus males, siempre rodeado de medicinas y médicos, quiere emparentar con uno de estos, casando a su hija con Thomas Diafoirus, pero ella esta enamorada de Cleante. Belina, la segunda esposa de Argán, finge amor y compasión, por ser la única heredera. El joven médico, insulso y pedante, viene con su padre, médico también y dirige a la joven una declaración en estilo pedantesco.
Cleante, fingiéndose sustituto del maestro de música, logra entrar y, cantando, declara su amor a la muchacha. El padre se da cuenta y la amenaza con el convento si no acepta a Thomas Diafoirus. Este marcha con su padre después de una solemne consulta sobre el enfermo.
El hermano de Argán, Heraldo, le habla a favor de Angélica y contra los médicos; para comenzar, despide al farmacéutico que ha venido con una lavativa ordenada por el doctor Purgón. Este, indignadísimo declara que dejará al enfermo a merced de la muerte inminente. Llega otro médico, que no es sino la criada Antoñita disfrazada, que despierta el interés de Argán cuando critica las curas del doctor Purgón y los otros.
Heraldo intercede de nuevo a favor de Angélica y contra Belina, cuyo gran amor es puesto a prueba. El enfermo se finge muerto, entra la esposa, liberada al fin de aquel peso, y piensa en recoger inmediatamente el dinero y las llaves. La hija, Angélica, en cambio, da muestras del mas sincero dolor.
El enfermo Argán conoce ahora a sus familiares; en cuanto a los males, Beraldo, le aconseja hacerse médico. Ya conoce el arte en demasía y, por lo demás, hasta la toga y el birrete. Las viejas acusaciones contra la medicina formalista y charlatanesca son ridiculizadas con ingenioso brío y fuerza convincente, a la vez que se afirma la fe en la naturaleza, única medicina; la figura del Enfermo Imaginario es de una humanidad real y los tipos de los médicos tienen una extraordinaria riqueza de color.
El enfermo imaginario (en francés, Le malade imaginaire) es la última comedia escrita por el dramaturgo francés Molière. Es una obra-ballet en tres actos (cada uno con ocho, nueve y quince escenas respectivamente), escrita en verso representada en el Teatro del Palacio Real el 10 de febrero de 1673 por la troupe de Molière. Se inspira en la commedia dell'arte. La música es de Marc-Antoine Charpentier y los ballets de Pierre Beauchamp.
La obra se concibió en un principio con intermedios musicales al final de cada acto, incluida la entronización final de Argan como médico. Además, Cléante y Angélique cantan una pequeña pieza al inicio del segundo acto. El autor recurrió a Marc-Antoine Charpentier para la composición.
La partitura, que se creía perdida, fue encontrada en los archivos de la Comédie-Française por William Christie, quien la interpretó integralmente con Les Arts Florissants durante una representación en el teatro de Châtelet, el 16 de marzo de 1990.
Hasta ese momento, otros compositores trataron de ilustrar musicalmente la obra. Entre ellos destaca Jacques Offenbach, en 1851, André Jolivet y Georges Auric.
Molière murió a las pocas horas de haber representado como protagonista esta obra.

viernes, enero 30, 2015

Libros: Versos de amor. Antología

Versos de amor. Antología

Varios Autores
Alianza Editorial
Madrid
2015
256 págs.
Para quien esté enamorado, para quien lo haya estado, para la persona que intuya que quizá empieza a estarlo, a todos ellos va dedicada esta antología de versos. Pero si alguien nunca ha sabido qué es el amor, puede aprender en ella, porque, como dijo La Rochefoucauld en una de sus Máximas: "Hay personas que jamás se habrían enamorado si nunca hubieran oído hablar del amor". Rosa Navarro Durán hace una selección de los mejores poemas de amor en español, recorriendo el arco que va desde los primeros atisbos de este sentimiento hasta sus cenizas. Un volumen ideal para regalar o regalarse y para leer solo o en la deseada compañía.

Melilla: Un día de invierno en enero







Libros: El fin de la clases ociosa

El fin de la clase ociosa

Miguel Artola Blanco
Alianza Editorial
Madrid
2015
328 págs.
Este texto sigue la trayectoria de las clases altas residentes en Madrid durante la primera mitad del siglo XX y su decadencia en el contexto político de ese convulso periodo histórico. Situando a la Guerra Civil como el punto central de una de las rupturas decisivas en la historia contemporánea, indaga en una clase social, “las buenas familias”, que, a pesar de pertenecer al bando vencedor, paradójicamente protagonizó la pérdida de las bases tradicionales de poder.
Economía, sociedad y política se entrecruzan a lo largo de estas páginas, para terminar con un análisis comparado con las clases altas de las principales ciudades europeas y americanas, pues los cambios acontecidos en Madrid formaban parte de un más amplio patrón de transformación de grupos dominantes durante el periodo de entreguerras.
Lectura necesaria en el actual momento de crisis económica que ha llevado a un aumento considerable de las desigualdades sociales.

Biblioteca: Nietochka Nezvanova/Noches blancas.

Nietochka Nezvanova/Noches blancas

Fiodor Dostoievski
S. A. de Promoción y Ediciones
Círculo Internacional del Libro.
madrid
1983
188 págs.
La obra nos refiere la niñez (en un primer momento) de Niétoschka, con un padre violinista que anda en estado de embriaguez constante, y una madre que pierde su dote casándose con su marido y que muere en la más terrible miseria. A pesar de la actitud de su padre, Niétoschka lo quiere y lo va a recordar durante el resto de su historia que continúa tras la muerte de sus dos padres y la adopción en la casa del príncipe y de la tutoría de Alejandra Mijáilovna. Con esta última terminará su relato al descubrir una carta que causará problemas con su marido Piotr Aleksándrovich.
También conocida como Nétochka Nezvánova o Niétochka Nezvánova (Неточка Незванова) es una obra escrita por el escritor Fiódor Dostoyevski que se publicó en 1849. La novela está escrita en primera persona por su personaje principal, Niétochka Nezvánova. Esta obra fue fuertemente criticada en su época por el crítico literario Visarión Belinski, quien había alabado, sin embargo, su primera novela Pobres gentes y que fue uno de los más críticos con sus tres siguientes obras, afirmando de la siguiente forma: “Yo, el primer crítico de Rusia, me he portado como un burro, qué jugarreta nos gasta a los hombres la falta de perspectiva”. Esta obra serviría de preludio para su detención en 1849 en Omsk, Siberia.
Por su parte, Noches blancas (en ruso: Белые ночи, Belye nochi), es una novela publicada en 1848, al inicio de la carrera del autor. Como en muchas de las obras del autor, la obra está narrada en primera persona por un narrador, sin nombre. El protagonista es el arquetipo del joven soñador y solitario e imagina constantemente su vejez solitaria. Durante uno de sus largos y cotidianos paseos por las calles de San Petersburgo se encuentra con una joven, Nástienka. Hasta entonces, éste nunca había hablado con mujeres y mucho menos se había enamorado, pero hay algo de ella que le hechiza. El relato está estructurado durante cuatro noches y una mañana.
En Rusia ocurre un fenómeno natural durante el solsticio de verano en las áreas de latitud alta (como es el caso de San Petersburgo), en el cual las puestas de sol son tardías y los amaneceres más tempranos. Como consecuencia de esto, la oscuridad nunca es completa. Este fenómeno natural es conocido popularmente con el nombre de Noches blancas, a las cuales Dostoyevsky hace alusión en El Idiota, cuando Ippolit lo visita en su dacha. Ambas historias (la del narrador y la de Nástenka) ocurren durante esa época del año. Además se muestra un instante fugaz, en el cual el protagonista a lo largo de estas noches cree haber encontrado por fin el alivio tan esperado a su soledad, lo cual después de la última noche se convierte en un triste amanecer con la culminación de su ilusión.

jueves, enero 29, 2015

Biblioteca: Amor y pedagogía/Nada menos que todo un hombre

Amor y pedagogía/Nada menos que todo un hombre

Miguel de Unamuno
S. A. de Promoción y Ediciones
Círculo Internacional del Libro.
Madrid 
1983
181 págs.
Avito es un hombre que se pone como meta principal hacer un genio, puesto que, según su opinión, un genio es como la abeja reina: nace igual a los demás pero por la forma en la que se les educa y trata durante el periodo de su crecimiento se hacen diferentes física o intelectualmente, según el caso.
Una vez puesta esta meta, don Avito se dirige hacia la casa de la mujer que según su parecer era la idónea para concebir un hijo con atributos de genio, ya que se presenta fuerte, sana y dólico-rubia. Pero cuando iba a llevarle la carta petición de mano a Leoncia (que así se llamaba la dólico-rubia) se encuentra con Marina, una mujer que le enamora, y es entonces cuando cambia sus planes iniciales y se acaba casando con Marina. Con ella tiene un hijo al que por conflictos de fe-razón acaban llamando Luis Apolodoro. Apolodoro es criado básicamente por su padre, el que trata de encauzarlo hacia el campo de la ciencia, pero a la vez Marina difiere mucho de Avito, y cuando él no está delante llama a su hijo por su nombre cristiano (Luis) y le enseña oraciones, a la vez que le da todos los mimos que en presencia de Avito no puede darle.
El niño crece y a todo esto otra persona se cruza en su camino: don Fulgencio, un filósofo amigo de don Avito.
Cuando más confundido está Apolodoro conoce a Clara, la hija de su maestro de dibujo, con la que vive un amor muy turbulento porque otro chico más formal, más serio y responsable llamado Federico consigue conquistar a Clara.
Apolodoro habla con Fulgencio y con un poeta y de las conversaciones mantenidas con ellos saca como conclusión que la manera de derrotar a la pedagogía y a la muerte es suicidándose pero antes dejando un hijo para "seguir vivo" en algún sentido. Y así lo hace. Deja embarazada a una de las sirvientas de la casa y se ahorca, con lo cual consigue vencer a la pedagogía que simboliza a su padre, don Avito. El amor a la libertad y el odio a la muerte consiguen vencer a la pedagogía.
Amor y pedagogía es una novela publicada en 1902 en Barcelona por un amigo del autor, Santiago Valentín Cam. Escrita cinco años después de su primera novela, Paz en la guerra, no volvería a publicar un libro en prosa hasta 1912, con su obra filosófica Del sentimiento trágico de la vida. La obra, considerada una de las cuatro novelas del autor, constituye una dura crítica a la sociología positivista, intercalando lo cómico y lo trágico. En las nuevas ediciones de esta obra, al prológo y al epilogo (Apuntes parta un tratado de cocotología) de la primera edición, se suele incluir el prólogo de su autor a la segunda edición y una de sus novelas ejemplares, Nada menos que todo un hombre.
Nada menos que todo un hombre, forma para de la obra completa, publicada en 1920, titulada Tres novelas ejemplares y un prólogo, que realmente podía haber titulado “cuatro novelas”, ya que el prologo es otra de ellas. Esta trilogía de novelas esta compuesta por los títulos: Dos madres, El marqués de Lumbría, y Nada menos que todo un hombre, entre las que existen ciertos paralelismos tanto en contenido como en los personajes. En este relato, las circunstancias se disponen de un modo muy artificial, de modo que el "querer ser" del protagonista, Alejandro en se llega a convertir en realidad. Pero es de suponer que el único objetivo es ejemplarizar la tesis de Unamuno sobre la voluntad de ser. La narración se centran en la indagación sobre qué es lo que constituye la existencia auténtica y su adecuación a la identidad personal de los personajes. En la novela tenemos como protagonista a, Julia, obsesionada con su propia belleza. No es la obsesión de ser hermosa, sino el deseo de ser amada por sí misma, y no por su hermosura. Julia quiere que un hombre la quiera por su alma, su carácter, en vez de por su apariencia física. Por fin se casa con Alejandro, que de veras la quiere. Pero irónicamente, la obsesión de Alejandro es la de mantener su machismo. Por eso Alejandro no puede revelar sus emociones a Julia.

El poema: Oda al Atlántico

Oda al Atlántico (fragmento)

I
El mar: el gran amigo de mis sueños, el fuerte
titán de hombros cerúleos e inenarrable encanto:
en esta hora, la hora más noble de mi suerte,
vuelve a henchir mis pulmones y a enardecer mi canto…
El alma en carne viva va hacia ti, mar augusto,

¡Atlántico sonoro! Con ánimo robusto,
quiere hoy mi voz de nuevo solemnizar tu brío.
Sedme, Musas, propicias al logro de mi empeño:
¡mar azul de mi Patria, mar de Ensueño,
mar de mi Infancia y de mi Juventud… mar Mío!
II
Era el mar silencioso…
Diríase embriagado de olímpico reposo,
prisionero en el círculo que el horizonte cierra.
El viento no ondulaba la bruñida planicie
y era su superficie
como un cristal inmenso afianzado en la tierra.
En lucha las enormes y opuestas energías,
las potencias caóticas, sustentaban bravías
el equilibrio etéreo
- a la estática adicto y al Aquilón reacio -
en un inmesurable atletismo de espacio:
lo infinito del agua y el infinito aéreo…
Tomás Morales

Libros: La señal y el ruido

La señal y el ruido

Nate Silver
Península
Barcelona
2014
656 págs.
Título original: The Signal and the Noise: Why most predictions fail but some don’t?
La señal y el ruido propone una evaluación crítica, comprensible y sofisticada de nuestra capacidad predictiva en ámbitos como la economía, la meteorología o la política, en los que estamos arrojados a la incertidumbre y debemos confiar en herramientas probabilísticas. Al igual que en nuestra vida cotidiana, el reto es distinguir lo que sabemos de lo que creemos saber, la información significativa escasa (la señal) de una gran cantidad de interferencias cognitivas aparentemente relevantes (el ruido). Por eso la sobreabundancia de información puede tener el efecto paradójico de empeorar nuestra capacidad para realizar pronósticos fiables.
Los estudios muestran que las predicciones que presentan los expertos con gran certeza y abundante justificación, cuando se evalúan a posteriori, no tienen ningún poder profético. Son el equivalente de los monos lanzando dardos. El título del libro procede de la ingeniería eléctrica, en la que una señal es algo que transmite información, mientras que el ruido es un añadido indeseado, carente de significado, o aleatorio, a la señal. Los problemas surgen cuando el ruido es tan fuerte o más que la señal. ¿Cómo reconocer qué es qué?

Libros: Ser amigo mío es funesto. Correspondencia (1927-1938)

Ser amigo mío es funesto. Correspondencia (1927-1938)

Joseph Roth, Stefan Zweig
Traducción de J. Fontcuberta, Eduardo Gil Bera
Acantilado. 
Barcelona 
2014
432 págs. 
Título original en alemán: Jede Freundschaft mit mir ist verderblich. Joseph Roth und Stefan Zweig: Briefwechsel 1927-1938.
En 1927 Stefan Zweig y Joseph Roth comenzaron una amistad que crecería con los años, y solo terminaría con la muerte del segundo en 1939. Mientras que Zweig guardó todas las cartas de Roth, este solo conservó algunas por sus desordenados hábitos de vida y su deseo de carecer de un domicilio estable. Así, en la correspondencia destaca con mucho el número de cartas de Roth.
Zweig, autor aclamado internacionalmente, escribe con serenidad y precisión, revelando su carácter reflexivo y contenido en todo tipo de manifestaciones personales. Por el contrario, Roth, periodista y escritor que va consiguiendo paulatino prestigio, expresa con un estilo vivaz y vehemente sus habituales estados de ánimo pesimistas, azuzados por las deudas económicas o los sucesos políticos y culturales. Buena parte de las cartas las dedica Roth a pedir dinero o favores editoriales a su amigo, que siempre responderá con su habitual generosidad.
Entre los principales atractivos de esta correspondencia está el testimonio de las presiones y persecuciones que sufrieron por parte del nacionalsocialismo, por ser judíos; sus opiniones en aquella coyuntura política sobre otros escritores, como Thomas Mann; la visión paneuropea de ambos por encima de los partidismos sionistas del momento; su abominación del comunismo y de cualquier fascismo; y las pocas y luminosas cartas en que se hacen críticas literarias mutuas.
Roth muestra una personalidad perpetuamente agitada y contradictoria: su matizable victimismo político, cultural y profesional, sus bajezas morales y relaciones extramaritales –con alguna carta vergonzosa–, su incapacidad para administrar el dinero, su profundo sentido de la compasión y la culpa, su lucidez ante la descomposición cultural y espiritual de Austria y Alemania, su defensa de la persona frente a los totalitarismos de cualquier signo, su dipsomanía crónica que le mataría a los 45 años, y su admiración por la Iglesia católica –hasta su propia conversión–, pues la consideraba el último baluarte de la civilización europea frente a la barbarie.
_________
Dipsomanía: Del griego dips (δίψα), sed, y manía (μανία), locura, adicción a. Tendencia irresistible al abuso de las bebidas alcohólicas. Alcoholismo. Dice el dicho: "Lo que en el pobre es borrachera, en el rico es dipsomanía".

miércoles, enero 28, 2015

El poema: Si mi voz muriera en tierra

Si mi voz muriera en tierra  

  Si mi voz muriera en tierra 
llevadla al nivel del mar 
y dejadla en la ribera.

  Llevadla al nivel del mar 
y nombradla capitana 
de un blanco bajel de guerra.

  ¡Oh mi voz condecorada 
con la insignia marinera: 
sobre el corazón un ancla 
y sobre el ancla una estrella 
y sobre la estrella el viento 
y sobre el viento la vela!
Rafael Alberti, 1924
_____________
Capitana: jefa de los soldados.
Bajel: buque, barco.
Insignia marinera: distintivo, condecoración de marino.

Presentación del libro


Biblioteca: La maga de la montaña/Los desposorios de Triermain

La maga de la montaña/Los desposorios de Triermain

Waler Scott
S. A. de Promoción y Ediciones
Círculo Internacional del Libro
Madrid
1983
184 págs.
La maga de la montaña publicado por primera vez en España en 1844 es una obra menor de Walter Scott (1771-1832), el gran autor romántico escocés. A él le debemos libros tan conocidos como Ivanhoe o Rob Roy.
Walter Scott vuelve a las tierras que tanto trató en sus obras, a Escocia. Allí se desarrolla esta historia que precede a la batalla de Culloden de 1746, entre los ingleses y escoceses por sus diferencias en torno al legítimo dueño del trono británico. Fue la última batalla que los enfrentó, con el resultado de la derrota esocesa.
Scott presenta el caldeado ambiente de los guerreros de clanes que están dispuestos a morir en la lucha para defender lo que creen que es justo, noble y que respeta sus tradiciones más ancestrales, al más puro estilo romántico.
En medio de este ambiente se nos narra la historia del lord de Aberfoyle, un noble escocés ya anciano que se ha vuelto loco y del que se aprovechan su mujer y el amante de esta, mientras la hija menor apoya a la madre y la mayor vive atormentada por el odio que le tiene su progenitora.
La mujer del lord, lady Regina, es la ama y señora de los dominios y ha entablado tratos con los ingleses junto a su amante para hacerle de confidente y poder vencer a los clanes escoceses.
Por otra parte está el bayle Gregory, una especie de juez de paz que intenta mantener el orden y la tranquilidad en la zona, mientras disfruta de la buena comida. Ya es mayor y está cansado de las continuas peleas fratricidas que no llevan a nada, con él viven su ama de llaves gruñona y desconfiada y su propia hija. Además del joven Dick, un huérfano abandonado por una malformación en su espalda pero que ansía ser un guerrero respetado.
Amores, traiciones, sentimientos encontrados, luchas y derrotas se mezclan en esta novela donde el destino de los personajes está escrito y ellos, frágiles criaturas de un autor despiadado no tienen escapatoria dentro de su realidad opresora.
Por su parte, Los desposorios de Trermain (The Bridal of Triermain) fue publicado originalmente en 1813, es una obra perteneciente al género de la narrativa poética o poesía narrativa que celebra las hazañas de un caballero andante, Sir Roland De Vaux, en su intento de rescatar a una hermosa doncella, Gyneth. Gyneth es la hija ilegítima del rey Arturo, condenada por Merlin quinientos años antes a un sueño encantado en un castillo mágico. El hechizo sólo puede romperse por un caballero valiente y que sepa superar y vencer todas las tentaciones que se interpondrán e su caminos, utilizadas sucesivamente para distraer y derrotar a los posibles pretendientes, que intenten rescatar a la chica, como el miedo, la riqueza, el placer, el orgullo...
He aquí el primer párrafo de la obra:
"Ven, oh Lucilia, aprovechemos la frescura de la mañana para atravesar el arroyo del bosque; antes que los rayos del sol nos fatiguen, estaremos ya defendidos de su ardor bajo las ramas de nuestros frondosos álamos, donde el rocío humedece aún la flor, aunque ya haya abandonado la aterciopelada yerba. Aquellas piedras que detienen el curso del agua nos servirán de un puente rústico; precisadas a dividirse en aquellos sitios, las corrientes cristalinas costean las isletas y, engañadas en sus esfuerzos contra el obstáculo que las resiste, murmuran en su débil furia, dejándonos un libre paso de una a otra orilla.(...)"

Biblioteca: Tamaris

Tamaris

George Sand
S. A. de Promoción y ediciones
Club Internacional del Libro
Madrid 1983
186 págs.
Prólogo de Milagros F. Poza
Tamaris de George Sand (1804-1876), fue publicada por primera vez en la Revue des Deux Mondes, antes de ser publicado como libro por Michel Levy en 1862. La historia, teniendo como marco el hermoso paisaje de La Seyne-sur-Mer, es la de una joven viuda que se traslada a la zona buscando el sol con el que sanar a su joven hijo enfermo. 
Aparecida en 1862, esta novela pertenece a la cuarta etapa de George Sand, como Juan de la Roca (1860), El marqués de Villemer (1861), donde se aprecia la continuidad con la obra anterior, la más romántica de su primera época junto con los nuevos escenarios de su tercera etapa idílico-campesino-social, con tintes históricos evocadores del pasado de su región natal o de otras conocidas.
Contrapone la vida campesina, sana y tranquila, a la ciudadana, egoísta y sórdida. El campo constituye la escena principal de sus argumentos idílicos, ahora con un tinte aristocraticista o de burguesía acomodada, que hacen de estas últimas producciones un antecente de las novelas rosas actuales. En estas novelas de su etapa final se nos muestra imaginativa, soñadora, con un lirismo amorosa fuertemente idealista, aunque no por eso deja de plasmar la realidad de las características mentales de los personajes que describe, principalmente aristócratas o burgueses acomodados, pero matizando sus juicios con la experiencia un tanto falsa y moralizante de "mujer de mundo". En Tamaris se dan todas las características señaladas para esta cuarta etapa.

Biblioteca: Leyendas y narraciones

Leyendas y narraciones

Gustavo Adolfo Bécquer
S. A. de Promoción y Ediciones
Círculo Internacional del Libro
Madrid
1983
220  págs.
Prólogo de Justo García Morales
Las Leyendas son un conjunto de narraciones de carácter postromántico escritas por Gustavo Adolfo Bécquer y publicadas entre 1858 y 1864. Estas narraciones tienen un carácter íntimo que evocan al pasado histórico y se caracterizan por una acción verosímil con una introducción de elementos fantásticos o insólitos. Fueron publicadas en periódicos madrileños de la época como El Contemporáneo o La América.
El libro contiene los siguientes relatos:
  • La cueva de la mora
  • El Cristo de la calavera
  • El monte de las ánimas
  • Rayo de luna
  • El beso
  • La rosa de pasión
  • La fe, salva
  • La corza blanca
  • El gnomo
  • EL "Miserere"
  • La creación (poema indio)
  • Los ojos verdes
  • La promesa
  • La venta de los gatos
  • Tres fechas
  • La ajorca de oro
  • La voz del silencio
  • Maese Pérez, el organista
  • La cruz del diablo
  • Creed en Dios (cantiga provenzal)

martes, enero 27, 2015

Biblioteca: La casa y el mundo

La casa y el mundo

Rabindranath Tagore
S. A. de Promoción y Ediciones
Círculo Internacional del Libro
Madrid
1983
174 págs.
Bengala, India, principios del siglo XX. El aristócrata y terrateniente Nikhil, contraviniendo todas sus tradiciones familiares y los convencionalismos sociales de la época, se casa con la joven Bimala, una chica de baja extracción social y tez bastante oscura. Su amor es idílico y los esposos están entregados el uno al otro hasta que aparece su amigo Sandip, un revolucionario radical y entusiasta que constituye el contrapunto del pacífico y hasta pasivo Nikhil. Después de oírlo en un mitin propugnando el movimiento Swadeshi, una propuesta para la autosuficiencia india enmarcada en la dinámica general de la independencia, Bimala acoge a Sandip en la casa de su marido, donde establece su cuartel general, y acaba involucrándose en su tarea política. Inevitablemente, una joven Bimala que lo desconoce casi todo del mundo se sentirá fuertemente atraída por él y se establecerá finalmente un triángulo amoroso. Bimala empieza a cuestionarse su matrimonio con Nikhil y experimenta por primera vez un amor que va más allá de la devoción. Aunque Nikhiles consciente bien pronto de esta situación, su actitud es dejar que Bimala crezca y decida por sí misma, ya que su matrimonio fue un arreglo cuando todavía era una niña.

El pensamiento: Rabindranath Tagore

Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos.
Rabindranath Tagore

El poema: Yo en el fondo del mar

Yo en el fondo del mar

En el fondo del mar 
hay una casa de cristal.

A una avenida 
de madréporas 
da.

Un gran pez de oro, 
a las cinco, 
me viene a saludar.

Me trae 
un rojo ramo 
de flores de coral.

Duermo en una cama 
un poco más azul 
que el mar.

Un pulpo 
me hace guiños 
a través del cristal. 

En el bosque verde 
que me circunda 
—din don... din dan— 
se balancean y cantan 
las sirenas 
de nácar verdemar.

Y sobre mi cabeza 
arden, en el crepúsculo, 
las erizadas puntas del 
mar.





Alfonsa Storni, PoesíasEd. Visor
____________
Madrépora: masa formada por la acumulación de diversas sustancias de origen animal, con forma arborescente y muchos poros, frecuentes en el océano Pacífico. 
Circunda: rodea.
Nácar: capa interna de de la concha de los moluscos, blanquecina y con destellos de color. 
Verdemar: color característico de las aguas verdosas del mar.
Crepúsculo: atardecer.

lunes, enero 26, 2015

2015, quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús (X)

Del Libro de su vida:
CAPÍTULO 8
Trata del gran bien que le hizo no se apartar del todo de la oración para no perder el alma, y cuán excelente remedio es para ganar lo perdido. - Persuade a que todos la tengan. - Dice cómo es tan gran ganancia y que, aunque la tornen a dejar, es gran bien usar algún tiempo de tan gran bien.
1. No sin causa he ponderado tanto este tiempo de mi vida, que bien veo no dará a nadie gusto ver cosa tan ruin; que, cierto, querría me aborreciesen los que esto leyesen, de ver un alma tan pertinaz e ingrata con quien tantas mercedes le ha hecho. Y quisiera tener licencia para decir las muchas veces que en este tiempo falté a Dios.
Teresa de Jesús, Obras completas,
Editorial Aguilar
2. Por estar arrimada a esta fuerte columna de la oración, pasé este mar tempestuoso casi veinte años, con estas caídas y con levantarme y mal -pues tornaba a caer- y en vida tan baja de perfección, que ningún caso casi hacía de pecados veniales, y los mortales, aunque los temía, no como había de ser, pues no me apartaba de los peligros. Sé decir que es una de las vidas penosas que me parece se puede imaginar; porque ni yo gozaba de Dios ni traía contento en el mundo. Cuando estaba en los contentos del mundo, en acordarme lo que debía a Dios era con pena; cuando estaba con Dios, las aficiones del mundo me desasosegaban. Ello es una guerra tan penosa, que no sé cómo un mes la pude sufrir, cuánto más tantos años.
Con todo, veo claro la gran misericordia que el Señor hizo conmigo: ya que había de tratar en el mundo, que tuviese ánimo para tener oración. Digo ánimo, porque no sé yo para qué cosa de cuantas hay en él es menester mayor, que tratar traición al rey y saber que lo sabe y nunca se le quitar de delante. Porque, puesto que siempre estamos delante de Dios, paréceme a mí es de otra manera los que tratan de oración, porque están viendo que los mira; que los demás podrá ser estén algunos días que aun no se acuerden que los ve Dios.
3. Verdad es que en estos años hubo muchos meses, y creo alguna vez año, que me guardaba de ofender al Señor y me daba mucho a la oración y hacía algunas y hartas diligencias para no le venir a ofender. Porque va todo lo que escribo dicho con toda verdad, trato ahora esto. Mas acuérdaseme poco de estos días buenos, y así debían ser pocos, y mucho de los ruines. Ratos grandes de oración pocos días se pasaban sin tenerlos, si no era estar muy mala o muy ocupada. Cuando estaba mala, estaba mejor con Dios; procuraba que las personas que trataban conmigo lo estuviesen, y suplicábalo al Señor; hablaba muchas veces en El.
Así que, si no fue el año que tengo dicho, en veinte y ocho que ha que comencé oración, más de los dieciocho pasé esta batalla y contienda de tratar con Dios y con el mundo. Los demás que ahora me quedan por decir, mudóse la causa de la guerra, aunque no ha sido pequeña; mas con estar, a lo que pienso, en servicio de Dios y con conocimiento de la vanidad que es el mundo, todo ha sido
suave, como diré después.
4. Pues para lo que he tanto contado esto es, como he ya dicho, para que se vea la misericordia de Dios y mi ingratitud; lo otro, para que se entienda el gran bien que hace Dios a un alma que la dispone para tener oración con voluntad, aunque no esté tan dispuesta como es menester, y cómo si en ella persevera, por pecados y tentaciones y caídas de mil manera que ponga el demonio, en fin tengo por cierto la saca el Señor a puerto de salvación, como -a lo que ahora parece- me ha sacado a mí. Plega a Su Majestad no me torne yo a perder.
5. El bien que tiene quien se ejercita en oración hay muchos santos y buenos que lo han escrito, digo oración mental: ¡gloria sea a Dios por ello! Y cuando no fuera esto, aunque soy poco humilde, no tan soberbia que en esto osara hablar.
De lo que yo tengo experiencia puedo decir, y es que por males que haga quien la ha comenzado, no la deje, pues es el medio por donde puede tornarse a remediar, y sin ella será muy más dificultoso. Y no le tiente el demonio por la manera que a mí, a dejarla por humildad; crea que no pueden faltar sus palabras, que en arrepintiéndonos de veras y determinándose a no le ofender, se torna a la amistad que estaba y hacer las mercedes que antes hacía y a las veces mucho más si el arrepentimiento lo merece.
Y quien no la ha comenzado, por amor del Señor le ruego yo no carezca de tanto bien. No hay aquí que temer, sino que desear; porque, cuando no fuere adelante y se esforzare a ser perfecto, que merezca los gustos y regalos que a estos da Dios, a poco ganar irá entendiendo el camino para el cielo; y si persevera, espero yo en la misericordia de Dios, que nadie le tomó por amigo que no se lo pagase; que no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama. Y si vos aún no le amáis (porque, para ser verdadero el amor y que dure la amistad, hanse de encontrar las condiciones: la del Señor ya se sabe que no puede tener falta, la nuestra es ser viciosa, sensual, ingrata), no podéis acabar con vos de amarle tanto, porque no es de vuestra condición; mas viendo lo mucho que os va en tener su amistad y lo mucho que os ama, pasáis por esta pena de estar mucho con quien es tan diferente de vos.
6. ¡Oh bondad infinita de mi Dios, que me parece os veo y me veo de esta suerte! ¡Oh regalo de los ángeles, que toda me querría, cuando esto veo, deshacer en amaros! ¡Cuán cierto es sufrir Vos a quien os sufre que estéis con él! ¡Oh, qué buen amigo hacéis, Señor mío! ¡Cómo le vais regalando y sufriendo, y esperáis a que se haga a vuestra condición y tan de mientras le sufrís Vos la suya! ¡Tomáis en cuenta, mi Señor, los ratos que os quiere, y con un punto de arrepentimiento olvidáis lo que os ha ofendido! He visto esto claro por mí, y no veo, Criador mío, por qué todo el mundo no se procure llegar a Vos por esta particular amistad: los malos, que no son de vuestra condición, para que nos hagáis buenos con que os sufran estéis con ellos siquiera dos horas cada día, aunque ellos no estén con Vos sino con mil revueltas de cuidados y pensamientos de mundo, como yo hacía. Por esta fuerza que se hacen a querer estar en tan buena compañía, miráis que en esto a los principios no pueden más, ni después algunas veces; forzáis vos, Señor, los demonios para que no los acometan y que cada día tengan menos fuerza contra ellos, y dáisselas a ellos para vencer. Sí, que no matáis a nadie -¡vida de todas las vidas!- de los que se fían de Vos y de los que os quieren por amigo; sino sustentáis la vida del cuerpo con más salud y dáisla al alma.
7. No entiendo esto que temen los que temen comenzar oración mental, ni sé de qué han miedo. Bien hace de ponerle el demonio para hacernos él de verdad mal, si con miedos me hace no piense en lo que he ofendido a Dios y en lo mucho que le debo y en que hay infierno y hay gloria y en los grandes trabajos y dolores que pasó por mí.
Esta fue toda mi oración y ha sido cuando anduve en estos peligros, y aquí era mi pensar cuando podía; y muy muchas veces, algunos años, tenía más cuenta con desear se acabase la hora que tenía por mí de estar, y escuchar cuándo daba el reloj, que no en otras cosas buenas; y hartas veces no sé qué penitencia grave se me pusiera delante que no la acometiera de mejor gana que recogerme a tener oración.
Y es cierto que era tan incomportable la fuerza que el demonio me hacía o mi ruin costumbre que no fuese a la oración, y la tristeza que me daba en entrando en el oratorio, que era menester ayudarme de todo mi ánimo (que dicen no le tengo pequeño y se ha visto me le dio Dios harto más que de mujer, sino que le he empleado mal) para forzarme, y en fin me ayudaba el Señor.
Y después que me había hecho esta fuerza, me hallaba con más quietud y regalo que algunas veces que tenía deseo de rezar.
8. Pues si a cosa tan ruin como yo tanto tiempo sufrió el Señor, y se ve claro que por aquí se remediaron todos mis males, ¿qué persona, por malo que sea, podrá temer? Porque por mucho que lo sea, no lo será tantos años después de haber recibido tantas mercedes del Señor. Ni ¿quién podrá desconfiar, pues a mí tanto me sufrió, sólo porque deseaba y procuraba algún lugar y tiempo para que estuviese conmigo, y esto muchas veces sin voluntad, por gran fuerza que me hacía o me la hacía el mismo Señor? Pues si a los que no le sirven sino que le ofenden les está tan bien la oración y les es tan necesaria, y no puede nadie hallar con verdad daño que pueda hacer, que no fuera mayor el no tenerla, los que sirven a Dios y le quieren servir ¿por qué lo han de dejar? Por cierto, si no es por pasar con más trabajo los trabajos de la vida, yo no lo puedo entender, y por cerrar a Dios la puerta para que en ella no les dé contento. Cierto, los he lástima, que a su costa sirven a Dios; porque a los que tratan la oración el mismo Señor les hace la costa, pues por un poco de trabajo da gusto para que con él se pasen los trabajos.
9. Porque de estos gustos que el Señor da a los que perseveran en la oración se tratará mucho, no digo aquí nada. Sólo digo que para estas mercedes tan grandes que me ha hecho a mí, es la puerta la oración. Cerrada ésta, no sé cómo las hará; porque, aunque quiera entrar a regalarse con un alma y regalarla, no hay por dónde, que la quiere sola y limpia y con gana de recibirlos.
Si le ponemos muchos tropiezos y no ponemos nada en quitarlos, ¿cómo ha de venir a nosotros? ¡Y queremos nos haga Dios grandes mercedes!
10. Para que vean su misericordia y el gran bien que fue para mí no haber dejada la oración y lección, diré aquí -pues va tanto en entender- la batería que da el demonio a un alma para ganarla, y el artificio y misericordia con que el Señor procura tornarla a Sí, y se guarden de los peligros que yo no me guardé. Y sobre todo, por amor de nuestro Señor y por el grande amor con que anda granjeando tornarnos a Sí, pido yo se guarden de las ocasiones; porque, puestos en ellas, no hay que fiar donde tantos enemigos nos combaten y tantas flaquezas hay en nosotros para defendernos.
11. Quisiera yo saber figurar la cautividad que en estos tiempos traía mi alma, porque bien entendía yo que lo estaba, y no acababa de entender en qué ni podía creer del todo que lo que los confesores no me agraviaban tanto, fuese tan malo como yo lo sentía en mi alma. Díjome uno, yendo yo a él con escrúpulo, que aunque tuviese subida contemplación, no me eran inconveniente
semejantes ocasiones y tratos. 
Esto era ya a la postre, que yo iba con el favor de Dios apartándome más de los peligros grandes; mas no me quitaba del todo de la ocasión. Como me veían con buenos deseos y ocupación de oración, parecíales hacía mucho; mas entendía mi alma que no era hacer lo que era obligada por quien debía tanto. Lástima la tengo ahora de lo mucho que pasó y el poco socorro que de ninguna parte tenía, sino de Dios, y la mucha salida que le daban para sus pasatiempos y contentos con decir eran lícitos.
12. Pues el tormento en los sermones no era pequeño, y era aficionadísima a ellos, de manera que si veía a alguno predicar con espíritu y bien, un amor particular le cobraba, sin procurarle yo, que no sé quién me le ponía. Casi nunca me parecía tan mal sermón, que no le oyese de buena gana, aunque al dicho de los que le oían no predicase bien. Si era bueno, érame muy particular recreación.
De hablar de Dios u oír de El casi nunca me cansaba, y esto después que comencé oración. Por un cabo tenía gran consuelo en los sermones, por otro me atormentaba, porque allí entendía yo que no era la que había de ser, con mucha parte. Suplicaba al Señor me ayudase; mas debía faltar -a lo que ahora me parece- de no poner en todo la confianza en Su Majestad y perderla de todo punto de mí. Buscaba remedio; hacía diligencias; mas no debía entender que todo aprovecha poco si, quitada de todo punto la confianza de nosotros, no la ponemos en Dios.
Deseaba vivir, que bien entendía que no vivía, sino que peleaba con una sombra de muerte, y no había quien me diese vida, y no la podía yo tomar; y quien me la podía dar tenía razón de no socorrerme, pues tantas veces me había tornado a Sí y yo dejádole.