miércoles, enero 07, 2015

Biblioteca: Elena

Elena

Evelyn Waugh 
El País
Madrid
2005
174 págs.
En Elena asistimos a la evolución de la madre del emperador Constantino, una joven pelirroja amante de los caballos que Waugh hace nacer en Colchester (Inglaterra) y que se muestra desde un principio como una mujer instruida, interesada en conocer la cuna de la civilización y en descubrir la verdad. Muy inquieta en lo que a la religión se refiere, tras su boda con Constancio, Elena irá a vivir al continente y cumplirá su sueño de visitar Roma y la ciudad santa de Jerusalén.
Estamos, pues, ante una novela claramente histórica, aunque Waugh se tome algunas libertades sobre un personaje, el de santa Elena, al que siempre ha envuelto un halo de leyenda. Al fin y al cabo, lo que importa a Waugh es que Elena fue madre de Constantino y que "es casi seguro que dirigió las excavaciones en que se encontraron trozos de madera que ella y toda la cristiandad aceptaron al punto como la cruz en que murió Nuestro Señor; que se llevó algunos trozos, con otras muchas reliquias, y que dejó una parte en Jerusalén". A partir de estos hechos, Waugh novela y se permite unas cuantas licencias. La más importante, probablemente, es la de considerar que Britania fue la cuna de santa Elena, aunque no se sabe ni cuándo ni dónde nació la emperatriz. 
Arthur Evelyn St. John Waugh conocido como Evelyn Waugh (1903-1966), autor de novelas tan conseguidas como Retorno a Brideshead (1945) y Un puñado de polvo (1934), y de obras hilarantes como Noticia bomba (1938), Waugh se caracterizó a lo largo de su vida por escribir un tipo de libros en los que analizaba, y en algunos casos satirizaba con gran acierto, la clase alta inglesa de los años veinte y treinta. En 1950, sin embargo, Waugh publicó esta Elena, una novela que se aparta claramente de su línea habitual y se adentra en el género histórico. En ella aparecen algunas de las obsesiones del autor, como la de escribir acerca de la civilización, en este caso centrada en el Imperio Romano, y sobre el cristianismo. No hay que olvidar que Waugh, un autor que de joven fue expulsado de la universidad por juerguista y borracho, se convirtió al catolicismo en 1930 y pasó a ser a partir de entonces un ferviente propagandista de la causa.

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