Casilda, mujer de Peribañez, requerida de amores por el Comendador, que se ha enamorado de ella, le contesta en este bello romance.
(A la ventana, con un rebozo, Casilda)
Casilda ¿Es hora de madrugar,
amigos?
Comendador Señora mía,
ya se va acercando el día
y es tiempo de ir a segar.
Demás que, saliendo vos,(1)
sale el sol, y es tarde ya.
Lástima a todos nos da
de veros sola, por Dios.
No os quiere bien vuestro esposo,
pues a Toledo se fue
y os deja una noche. A fe
que si fuera tan dichoso
el Comendador de Ocaña
--que sé yo que os quiere bien,
aunque le mostráis desdén
y sois con él tan extraña--,
que no os dejara, aunque el Rey
por sus cartas le llamara;
que dejar sola esa cara
nunca fue de amantes ley.
Casilda Labrador de lejas(2) tierras,
que has venido a nuesa villa
convidado del agosto,
¿quién te dio tanta malicia?
Ponte tu tosca antipara,(3)
del hombro el gabán derriba,
la hoz menuda(4) en el cuello,
los dediles(5) en la cinta.
Madruga al salir del alba,
mira que te llama el día,
ata las manadas secas
sin maltratar las espigas.
Cuando salgan las estrellas,
a tu descanso camina,
y no te metas en cosas
de que algún mal se te siga.
El Comendador de Ocaña
servirá dama de estima,
no con sayuelo de grana(6)
ni con saya de palmilla.(7)
Copete(8) traerá rizado,
gorguera(9) de holanda(10) fina,
no cofia de pinos(11) tosca,
y toca de argentería.(12)
En coche o silla de seda
los disantos(13) irá a misa,
no vendrá en carro de estacas
de los campos a las viñas.
Dirále en cartas discretas
requiebros a maravilla,
no labradores desdenes
envueltos en señorías.(14)
Olerále a guantes de ámbar,(15)
a perfumes y pastillas,(16)
no a tomillo ni cantueso,(17)
poleo y zarzas floridas.
Y cuando el Comendador
me amase como a su vida,
y se diesen virtud y honra
por amorosas mentiras,
más quiero yo a Peribáñez
con su capa la pardilla(18)
que al Comendador de Ocaña
con la suya guarnecida.(19)
Más precio verle venir
en su yegua la tordilla,(20)
la barba llena de escarcha
y de nieve la camisa,
la ballesta atravesada,
y del arzón(21) de la silla
dos perdices conejos,
y el podenco de traílla,(22)
que ver al Comendador
con gorra de seda rica,
y cubiertos de diamantes
los brahones(23) y capilla;(24)
que más devoción me causa
la cruz de piedra en la ermita,
que la roja de Santiago(25)
en su bordada ropilla.(26)
Vete, pues, el segador,
mala fuese la tu dicha,
que si Peribáñez viene
no verás la luz del día.
Comendador Quedo, señora. ¡Señora!
Casilda, amores, Casilda,
yo soy el Comendador;
abridme, por vuestra vida.
Mirad que tengo que daros
dos sartas(27) de perlas finas
y una cadena esmaltada
de más peso que la mía.
Casilda Segadores de mi casa,
no durmáis, que con su risa
os está llamando el alba.
Ea, relinchos y grita,
que al que a la tarde viniere
con más manadas cogidas,
le mando el sombrero grande
con que va Pedro a las viñas.
(Quítase de la ventana)
MENDO: Llorente, nuesa(28) ama llama.
LUJÁN: Huye, señor, huye aprisa,
que te ha de ver esta gente.
COMENDADOR: ¡Ah, crüel sierpe de Libia!(29)
Pues aunque gaste mi hacienda,
mi honor, mi sangre y mi vida,
he de rendir tus desdenes,
tengo de vencer tus iras.
(Vase el Comendador)
Felix Lope de Vega y Carpio, Peribañez y el Comendador de Ocaña (fragmento), 1614.
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(1) Metáfora: el Comendador llama sol a Casilda.
(2) Lejanas.
(3) Polaina que cubre los pies en la parte delantera.
(4) Hoz de dientes pequeños.
(5) Delantales de cuero o madera que se ponían los segadores para evitar los cortes de la hoz.
(6) Camisa amplia de paño fino y sin botones que usaban las mujeres.
(7) Falda de paño fabricada en Cuenca.
(8) Mechón de pelo que sobresale de la frente.
(9) Adorno de tela rizada que se ponía en el cuello.
(10) Tejido fino y delicado con el que se hacía, camisas, sábanas, etc.
(11) Adorno para la cabeza, propio de los aldeanos.
(12) Bordado de oro y plata.
(13) Días de fiesta.
(14)La labradora ha de darle al Comendador el tratamiento de Señoría. Por eso, sus desdenes irán "envueltos en señoría".
(15) Guantes perfumados.
(16) Las damas llevaban pastillas en la boca para perfumarse el aliento.
(17) Planta aromática parecida al tomillo.
(18) Capa de tela tosca, sin teñir.
(19) Adornada.
(20) Yegua con pelos negros y blancos.
(21) Cada uno de los salientes, delantero y trasero, de la silla de montar.
(22) La correa con la que se ata a los perros.
(23) Roscas o dobleces de la tela que remataban los vestidos junto a los hombros.
(24) Capucha.
(25) Insignia que, como caballero de la Orden de Santiago llevaba el Comendador.
(26) Vestidura con mangas y brahones de los que cuelgan otras mangas sueltas, que cubre el tronco y los brazos.
(27) Serie de cosas metidas por orden en un hilo,cuerda,etc.
(28) Nuestra.
(29) Serpientes venenosas peligrosísimas.