domingo, septiembre 27, 2015

Poema: José de Espronceda

Canto I

Sobre una mesa de pintado pino 
melancólica luz lanza un quinqué, 
y un cuarto ni lujoso ni mezquino 
a su reflejo pálido se ve. 
Suenan las doce en el reloj vecino 
y el libro cierra que anhelante lé 
un hombre ya caduco, y cuenta atento 
de cansado reloj el golpe lento. 

Carga después sobre la diestra mano 
la ya rugosa y abrumada frente, 
y un pensamiento fúnebre, tirano, 
fija y domina, al parecer, su mente. 
Borrarlo intenta en su ansiedad en vano; 
vuelve a leer, y en tanto, que obediente 
se somete su vista a su porfía 
lánzase a otra región su fantasía. 

«¡Todo es mentira y vanidad, locura!» 
Con sonrisa sarcástica exclamó; 
y en la silla tomando otra postura, 
de golpe el libro y con desdén cerró. 
Lóbrega tempestad su frente oscura 
en remolinos densos anubló; 
y los áridos ojos quemó luego 
una sangrienta lágrima de fuego. (...)
José de Espronceda, El diablo mundo (fragmento), 1841.

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