Mis años grizzly
En busca de la naturaleza salvaje
Traducción de Miguel Ros González
Errata naturae
Madrid
2015
392 págs.
El autor de este libro es una leyenda viva: un híbrido perfecto entre Henry David Thoreau y John Rambo. No exageramos: Doug Peacock es un magnífico naturalista, pero también fue Boina Verde en Vietnam. Y a su regreso, como a tantos veteranos, le fue imposible reinsertarse cabalmente en la sociedad civil. Entonces inició un vertiginoso viaje de huida de los hombres y de acercamiento a lo más salvaje que encontró: los osos grizzly. Sólo entre estos animales, los mayores depredadores del continente americano, era capaz de sentirse vivo.
Este libro es el apasionante relato de sus años junto a los grizzlies en los lugares más remotos de Estados Unidos. Años en los que fue dejando atrás el alcohol, las armas y las terroríficas pesadillas sobre la guerra para convertirse en una referencia del activismo ecologista y en uno de los hombres que más sabe de osos en el mundo. Al fin y al cabo, nadie ha convivido tanto tiempo con estos animales, siempre en soledad, con el máximo respeto y una curiosidad inagotable. Y, por lo tanto, nadie ha narrado tan bien como Peacock la belleza y el riesgo absolutos de esa vida compartida en plena naturaleza salvaje. Tampoco nadie ha luchado tanto por su preservación: a veces impartiendo conferencias y a veces realizando auténticas operaciones de sabotaje.
Mis años grizzly, por tanto, parece una novela de aventuras, pero todo lo que se cuenta es real; y sin duda es un apasionado manifiesto naturalista: una defensa de la vida como algo indómito, para los osos y para los seres humanos. Unas verdaderas memorias salvajes y un libro adictivo.
Doug Peacock nació en Michigan y pasó su infancia explorando los bosques y las playas de la región de los Grandes Lagos. Más tarde se licenció en Geología, camino que pronto abandonó al tomar conciencia de que poco podría avanzar por allí quien no respaldase las devastadoras prácticas de las industrias petrolera y minera. En 1967 fue destinado a Vietnam, donde pasó casi dos años y quedó marcado para siempre. Tras su regreso a Estados Unidos conoció al escritor Edward Abbey, que lo tomó como modelo para crear al protagonista de su novela más importante e influyente, La banda de la tenaza. Durante aquellos años, Peacock llevó una vida solitaria, emboscado la mayor parte del tiempo en las montañas del Oeste, consagrando sus días a la observación de los osos grizzly y a la exploración de las últimas regiones verdaderamente salvajes de Estados Unidos. Su experiencia a este respecto le valió una llamada de Jean-Jacques Annaud, que lo enroló como experto para la escritura y el rodaje de su película El oso. Aunque también el FBI llamó en varias ocasiones a su puerta: investigaba a sospechosos de diversas acciones de sabotaje contra empresas que, a juicio de los saboteadores, estaban depredando de forma inmoral e irresponsable los recursos naturales y comunes que podrían garantizar las vidas de tantas criaturas animales y, por supuesto, las nuestras. De un modo u otro, y desde hace décadas, Doug Peacock es una personalidad legendaria en el combate ecologista. Actualmente vive en Emigrant, Montana, un pequeño pueblo junto al río Yellowstone, donde habitan unas pocas almas por kilómetro cuadrado y en cuyos alrededores siguen viéndose lobos.
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