La trayectoria pictórica de Rafael Zabaleta pasó por diversas etapas hasta que en torno a 1945 se afianzó en un personal estilo que, por una parte, estaba marcado por un fuerte esquematismo y, por otra parte, por el empleo de un colorido extraordinariamente atrevido. Sus rojos, amarillos, azules y verdes son siempre muy vivos y brillantes. La peculiar manera de Zabaleta de representar tipos populares -tal y como puede observarse en Viejo campesino-, podría incluso llegar a entenderse como una aproximación al surrealismo, en tanto que la escena va más allá de la mera realidad.
Viejo campesino (1957). Óleo sobre lienzo. Colección particular, Tamarite, Huesca |
La expresividad del personaje está lograda tanto por la intensidad de su mirada como por la posición de de sus manos. Uno de los factores que contribuyen a enfatizar cada uno de los elementos plasmados en el hecho de que el artista recurra a dibujar líneas gruesas de contorno que delimitan claramente las formas, dotándolas, al mismo tiempo, de gran vigor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario