Obra del último período de Joaquín Torres García, en la que parece resumir plásticamente los conceptos esenciales de su teoría contenido en el libros Universalismo constructivo publicado en 1944. Las composiciones de las pinturas constructivas de Torres García se caracterizan por su estructuración geométricas, así como por el estricto sentimiento de orden que reflejan. Pese a que son figurativas, al ser tan esquemáticas en muchas ocasiones rozan la abstracción.
Constructivo con calle y gran pez (1946). Óleo sobre cartón. Fundación Eduardo Constantini |
El color es uno de los factores más significativos, ya que también coadyuva a establecer el orden de la composición, creando un ritmo. El hecho de que Joaquín Torres García fuera hijo de madre uruguaya y padre catalán tuvo importantes repercusiones en su formación como artista, pues desde muy joven vivió en Barcelona donde estudió pintura mural. Además, residió en diversas ciudades de Europa hasta que en 1934 decidió retornar a su país de origen y afincarse definitivamente en Montevideo. Allí abrió una escuela y fundó la Asociación de Arte Constructivista.
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