Esta Naturaleza muerta es especialmente significativa por varias razones, entre ellas por haber formado parte de la famosa Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, celebrada entre mayo y junio de 1925 en el madrileño Palacio de Exposiciones del Retiro. Pero sobre todo, es destacable el hecho de que esta pintura fuera un regalo de Salvador Dalí a Federico García Lorca, quien la conservó junto a él hasta su muerte. De ello da fe una conocida fotografía en la que el poeta granadino aparece en su habitación de la Residencia de Estudiantes sentado ante el cuadro, que se encuentra colgado en la pared.
Naturaleza muerta o Sifón y botella de ron (1924). Óleo sobre lienzo. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España |
Naturaleza muerta, conocido popularmente como Sifón y botella de ron, es una de las obras en las que se muestra con mayor claridad la influencia ejercida en la producción temprana de Dalí por las diferentes corrientes artísticas europeas, antes de que el pintor alcanzara su estilo maduro en el contexto del surrealismo. En este caso concreto, conviven en el lienzo las enseñanzas derivadas del cubismo y de la pintura metafísica italiana, a la que Dalí y Lorca tuvieron acceso a través de la revista Valori Plastici, consultada habitualmente por ambos durante su estancia en la Residencia de Estudiantes.
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