Con ocasión del séptimo centenario de la muerte del poeta, la Biblioteca Nacional de España expone diez manuscritos de la obra más importante de Dante Alighieri (1265-1321): la Divina Comedia, un relato de viaje al más allá cristiano estructurado en tres etapas principales, a través de los reinos de infierno, purgatorio y paraíso. Estas obras, que se remontan a los siglos XIV y XV, documentan la extraordinaria historia textual, interpretativa y figurativa del poema medieval más leído y conocido en todo el mundo. En la exposición también se pueden ver grabados e incunables, pertenecientes a los fondos de la BNE.
El 14 de septiembre de 1321 Dante murió en Rávena, en el Convento de San Francisco, último refugio de una vida de exilio, privaciones y sobre todo de alejamiento de la ciudad donde había nacido en mayo de 1265, Florencia. Casi inmediatamente después de la muerte, la fortuna de Dante comenzó, no sólo como poeta famoso, sino también como maestro, modelo de coherencia y compromiso político y artista visionario, capaz de sintetizar la historia universal, la cultura antigua y las inquietudes de su época en un poema ambientado en el inframundo. Si el proyecto y las ideas políticas de Dante eran anacrónicas o difíciles de lograr incluso en su época, la excepcionalidad de su obra literaria sigue fascinando al mundo contemporáneo, por medio de una riqueza inigualable de intenciones éticas, teológicas, estilísticas, literarias e históricas.
Efectivamente, Dante es el mayor escritor y artista europeo de toda la Edad Media. Gracias a su legado, es posible comprender la ecuación entre la cultura medieval y el desarrollo de la civilización europea moderna. No en vano, con la objetividad que caracteriza una perspectiva desde el exterior, el académico surcoreano Han Hyeong Kon declara que «para conocer y comprender la Europa de hoy es necesario leer la Comedia de Dante». El viaje al más allá tiene entre otros objetivos definir la geografía del inframundo cristiano; sin embargo, dentro del poema también la geografía de Europa aparece en términos bastante precisos, aunque lo que más importa es el perfil espiritual de ese continente. Sorprende el esfuerzo que hace Dante por incluir elementos distintos, para proponer su propia idea de la civilización europea, que no coincide sólo con el cristianismo medieval, ya que en su concepto también hay lugar para la herencia clásica, el Imperio Romano, la dialéctica entre el Oriente griego y el Occidente latino y la cultura árabe; en definitiva, es una Europa construida en torno al mar Mediterráneo, que no ignora ninguna latitud geográfica o cultural. En la Comedia hay espacio para Julio César y Federico II de Suecia, para Aristóteles y Averroes, para Francisco de Asís y Domingo de Guzmán. La exposición que la BNE ha promovido en el marco de las celebraciones del centenario de Dante (en particular, del proyecto “Madrid ciudad dantesca”) y en colaboración con el Instituto de Estudios Clásicos “Lucio Anneo Séneca” de la Universidad Carlos III de Madrid, es precisamente dedicada a la Comedia, su tradición manuscrita, exegética e iconográfica.
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