Joseph Mallord William Turner es uno de los mejores paisajistas de la historia. De hecho, es responsable de que el paisaje sea considerado hoy en día un genero mayor. Tanto en óleo como en acuarela fue un incontestable maestro que además se adelantó medio siglo al impresionismo, pues es considerado como «el pintor de la luz».
Con un padre fabricante de pelucas y madre ama de casa, no lo tuvo fácil para abrirse un hueco en el elitista mundo del arte en la Inglaterra de la época. Muy bajito y con un marcado acento cockney no fue un gran artista en cuanto a relaciones sociales. Además no brillaba precisamente por su estabilidad mental, pero con 14 años consiguió un plaza en la Royal Academy of Art y tuvo la suerte de viajar por todo el mundo, aprendiendo de los grandes maestros.
Misántropo, Turner se convirtió con el tiempo en un viejo excéntrico. Solo le interesaba la pintura. Con muy pocos amigos (al que menos soportaba era a su colega y rival Constable), apenas se conocen relaciones aparte de un par de viudas pero aún así, fue un pintor extraordinariamente popular por su audacia y talento y un experimentador que llevó al óleo técnicas propias de la acuarela, y se acercó al impresionismo e incluso al arte abstracto, pudiéndose ver sus huellas en pintores como Rothko o Kandinsky. Abajo, su obra Tormenta de nieve: Aníbal y su ejército cruzan Los Alpes.
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