El ba es una fuerza anímica, componente de la parte espiritual del hombre (el alma), la fuerza animada de cada ser fallecido, personalidad espiritual manifestada una vez acaecida la muerte, según la mitología egipcia.
Es un concepto referente al difunto y no al hombre vivo; el ba era una especie de mediador entre el mundo de los dioses y la Tierra, pues tenía movilidad y hacía posible que ambos mundos se relacionaran. Era el medio que tenía el difunto para desplazarse y reunirse con su ka que permanecía en la tumba.
El ba abandonaba el cuerpo en el momento de la muerte del individuo y ascendía al reino celestial pero, cada noche, debía acudir al sepulcro para alojarse en el cuerpo del difunto, iba y venía del mundo de los dioses a la tumba. El ka y el ba eran componentes indisociables, se necesitaban uno a otro, y la destrucción del cuerpo implicaba la eliminación del ba.
Esto hizo necesario embalsamar el cuerpo, y que en las tumbas se esculpieran estatuas del difunto y "falsas puertas", para que el ba reconociera el soporte material que le debía sustentar. En previsión de que el cuerpo se corrompiera, se incluían en las tumbas estatuas de los fallecidos, para que pudieran servir de cobijo al ba.
"Falsa puerta" en la tumba de Rejmira (Tebas). Dinastía XVIII. Museo del Louvre, París, Francia |
El ba de las divinidades se manifestaba en encarnaciones terrenales, como animales, en estatuas sagradas, y en otras entidades divinas asociadas: Osiris era considerado el ba del dios Ra. También tenían ba ciertos objetos, tales como las pirámides.
El ba, simbolizado por un halcón con cabeza humana, debía reconocer el cuerpo al que había permanecido, pues de lo contrario podía desaparecer. De ahí que los difuntos fueran enterrados con máscaras en las que su rostro era representado en su mejor época.
Para los antiguos egipcios los componentes del espíritu humano eran: Ib, Ka, Ba, Aj, Ren y Sheut.
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