Andreu Alfaro formó parte en los años 1960 del Grupo Parpallo en Valencia. Sus primeras esculturas se caracterizaron por recurrir a un lenguaje próximo al constructivismo, pero más tarde evolucionó hacia una concepción espacial ligada al cinetismo. En Obra etérea se advierte como las varillas metálicas -elemento característico de la obra de este artista- se distribuyen creando una configuración que proporciona una clara sensación de expansión y dinamismo. El espacio vacío desempeña un papael fundamental en la escultura, integrando la obra en un entorno arquitectónico definido.
Obra etérea (1977). Rosaleda del parque Cervantes, Barcelona, España |
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