viernes, octubre 13, 2023

Libros: Las tempestálidas

Las tempestálidas

Gueorgui Gospodínov
Traducción de César Sánchez y María Vútova
Fulgencio Pimentel
Logroño qq
2023
408 págs.
El protagonista oculto de esta novela, ganadora de los reconocidos Booker y Strega, es un personaje esquivo y enigmático que se relaciona con el narrador esporádicamente. Gaustin, que pone en marcha una clínica para tratar a pacientes de alzhéimer, entra y sale de su vida, le escribe largas cartas, guarda después años de silencio o aparece, de pronto, mencionado en un periódico abierto al azar. De los incontables proyectos –viables o fantásticos– que le propone, uno parece encauzar la neurosis en torno al pasado que acecha a casi todas las sociedades de Europa, y lo que había nacido como un centro innovador para tratar a desmemoriados, acaba inspirando una revolución mundial, entre bufonesca y trágica. 
El método que Gaustin afina hasta la perfección consiste en recrear la década favorita del paciente, aquella en la que sus recuerdos apenas duelan y los jirones adquieran sentido, desde los años de la Segunda Guerra Mundial hasta las fechas más recientes. Cuando la peculiar intervención médica recoge sus primeros frutos, se empiezan a agolpar a su puerta personas cuyo deterioro es vital, más que cognitivo.
Sin buscarlo, este psiquiatra aficionado descubre que Europa está repleta de ciudadanos convencidos de que el pasado –el propio y el nacional– fue mejor. La idea prende, y de una terapia experimental, mitad museo de la nostalgia y mitad clínica de reposo, pasa a convertirse en un fenómeno social y político. En pocos meses, numerosos países se preguntan cuál fue su mejor época y, mediante referéndums, dan marcha atrás al reloj para afincarse en su edad dorada.
Acompañada de algunas notas cómicas, esta novela excelente de Gueorgui Gospodínov (Yambol, Bulgaria, 1968) bucea en la melancolía paralela que suscita la pérdida de la memoria en individuos y sociedades. El trasfondo real de la infancia y juventud del autor, vividas bajo una tiranía tan asfixiante como la comunista, hace que sus propios recuerdos resulten paradójicos. Por una parte, el viaje al pasado evoca la alegría de la niñez, las emociones de la adolescencia y los primeros pasos como escritor. Por otra, la represión, la pobreza y la inhumanidad omnipresentes impiden idealizar esos años.

De esta tensión llevada al presente, Gospodínov extrae multitud de ideas e imágenes certeras. Si su referencia narrativa es el pasado personal e inmediato, la literaria es, desde luego, la de los mejores escritores centroeuropeos del siglo xx. Las descripciones de ciudades en decadencia, la atmósfera sofisticada, las alusiones culturales y los paseos sin rumbo por distintas capitales consiguen unificar una trama en apariencia despareja. No sorprende que Gospodínov sea un autor lento: aparte de libros de poesía y ensayos, solo ha publicado tres novelas en 25 años; eso sí, todas magníficas.

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