(cont.)
SE VALIERON MUY PREMEDITADAMENTE DE UN SANTO ESPAÑOL, EL PADRE DE LAS CASAS, PARA FABRICARNOS ADREDE UNA LEYENDA NEGRA.
Y es por eso que yo les digo siempre a mis compañeros, los escritores de España, que aquí hablamos siempre con la misma libertad que si estuviéramos dentro de casa en zapatillas y en mangas de camisa. Y hay que fijarse que tenemos las ventanas abiertas y que al otro lado de esas ventanas toman acto de todo lo que decimos.
Hago este preámbulo para explicar lo que voy a deciros contra una de las personalidades más venerables, más santas, de nuestra Historia y que al mismo tiempo ha sido la más nociva para nosotros. ¿Cómo podría yo explicaros esto?
La santidad y la virtud son una gran cosa cuando van acompañadas de la tolerancia, de la bondad, de la dulzura. La santidad debe ser humana y, a veces, os habreis encontrado en la vida con santos tan exagerados, tan ásperos, con una virtud tan áspera que hace daño a los que se acercan ella.
Una virtud tan antipática, tan intransigente, que sentis ganas de gritas:¡viva el vicio y abajo con la santidad!
Pues bien. En la Historia nuestra, nosotros tenemos a un hombre santo pero que nos hizo un daño terrible publicando un libro del que no nos acordamos ningún español pero que todo escritor de las naciones protestantes lo tiene como libro de cabecera. Ese santo es el Padre Bartolomé De Las Casas. Era un fraile que se fue a América y que estuvo allí durante los primeros tiempos de la conquista.
Y era un santo. Naturalmente, los conquistadores españoles iban a defender su vida y muchas veces se batían con tribus de gente que era antropófaga. Y este soldado que tenía que defenderle, y defenderse, cometía crueldades.
Esto es indiscutible. Pero ocurría que el Padre Las Casas era un santo sin medida; un hombre exagerado y, además, había algo peor en él pues había nacido en Sevilla.
Y este hombre, el Padre Las Casas, no es que fuera mentiroso porque el mentiroso es el que dice la mentira a sabiendas porque le conviene. No. Era simplemente un señor que estaba reñido con la verdad y no podía decir jamás una verdad.
Por ejemplo, en su obra, cuando describió Santo Domingo, dice que hay un río muy caudaloso formado por veinticinco mil arroyos que afluían. Imaginaos.¡Veinticinco mil arroyos!
Y después, cuan él habla al rey de las matanzas de los indios en Santo Domingo, dice: "Los españoles en un año han matado cinco cuentos de indios." Un cuento es un millón. ¡Imaginaos si se necesita matar y matar para en un año matar a cinco millones!
Y el Padre Las Casas era uno de estos que hacía el bien con exageración. Pero era de los que de los que no se daban cuenta que las ventanas estaban abiertas. Y escribió un libro en el que amontonó todo lo que se le pudo ocurrir en su imaginación contra los españoles. Y este libro es el que hoy se presenta en todas partes para demostrar 'la crueldad, la ferocidad inmensa de los españoles'.
Debo deciros que los reyes de España atendieron a Las Casas y desautorizaron a los conquistadores. Y como él decía: 'el indio es muy bueno. Y si el indio es muy malo es porque los españoles los tratan así. Que me dejen a mí y verán que bien lo hago yo con los indios'.
Y, efectivamente, los soberanos le enviaron al Padre Las Casas barcos sin soldados pero con carpinteros y agricultores para que fundase una colonia en América. Y, efectivamente, fundaron una colonia. Pero el Padre Las Casas se fue a España dejando a sus colonos en la nueva colonia. Unas semanas después de su partida para España, los indios habían matado y quemado a todos los españoles que se habían quedado en la nueva colonia encabezada por el Padre Las Casas.
Esta es la base de las principales calumnias apasionadas en contra de España por la que se le caracterizó a todos sus hijos como dueños de la inquisición y autores de la ferocidad. Pero, frente a esta calumnia allí está la obra de España. Allí está el resultado de cuatro siglos de influencia española en América.
HA EXISTIDO UNA DECADENCIA ESPAÑOLA POR EL DESANGRAMIENTO QUE LE CAUSÓ LA EMIGRACIÓN DE SUS HIJOS AL CONTINENTE AMERICANO.
Es indudable que ha existido una decadencia española. Es decir: que España ha sido grande, pero que después cayó y ahora empieza a levantarse.
La decadencia es indiscutible, pero esa decadencia no es, como quieren hacerle creer nuestros enemigos al mundo, resultado de la brutalidad de la raza o por el espíritu exageradamente religioso, o por todos esos otros argumentos análogos.
Es muy fácil contestar por qué ha decíido España. ¿Por el exceso de espíritu religioso y por el exceso de intolerancia religiosa? No.
Otras naciones europeas tuvieron esa misma influencia y sin embargo no han decaido. No. Nuestra supuesta decadencia no es por el exceso de guerras por las que anduvimos siempre metidos en Europa. No. Para que tuviésemos esas guerras se necesitaba otro qne frente que hiciera la guerra con nosotros. Ya asi podemos ir examinando todos los argumentos que aducen para demostrar como España fue a la decadencia
Las verdaderas causas de la decadencia de España con dos.
Vosotros habéis visto muchas veces en la vida a una señora del que se dice: ¿Qué tiene doña Fulana de Tal? ¿Qué tiene esta señora respetable?
Y llegan los médicos y declaran: Esta señora no tiene ninguna enfermedad conocida. Y sin embargo está muy débil. Todo eso se dice hasta que luego llega un señor Sancho Panza y dice: "lo que tiene esta señora es que ha dado a luz a veinte muchachos robustos y está casi completamente agotada".
ESPAÑA DIO A LUZ A HISPANOAMERICA Y A FILIPINAS
La Historia de España es ésa. España ha dado a luz a veinte pueblos. Ha dado a luz a veinte cachorros enormes en América, y hay que ver lo que representa durante tres siglos estar amamantando con su sangre y estar enviando lo mejor de su raza.
Decía Bismark que él prefería tres guerras a una emigración, porque en la guerra caen muertos el valiente y el cobarde, el hombre de talento y el ignorante, el enérgico y el débil; todos caen, mientras que la emigración es una selección de hombres que tienen la energía para arrancarse del suelo natal, para perder de vista el país donde está la tumba de sus padres, donde están sus hijos, donde están sus madres, y que se lanzan a través del mar.
El que se lanza en busca de aventuras es un superhombre, es un hombre enérgico, es una verdadera fuerza nacional, y España estuvo durante tres siglos enviando al otro lado de los mares lo mejor que tenía como energía, como pensamiento, como iniciativa; los verdaderos representantes del alma nacional.
Y ocurió que, después de tres siglos, descendió su población de veinte millones a siete millones, y aún estos siete millones eran lo más débil, eran el residuo de la raza. Lo mejor se había ido al otro lado del mar, y hoy mismo, para encontrar el espíritu de los grandes aventureros, se halla con más facilidad en cualquiera de las Américas que aun en la misma España.
Y esas mismas crisis republicanas, ese exceso de revoluciones, de guerras, de luchas políticas es por un exceso de vitalidad y de energía que tienen aquellos descendientes de los conquistadores españoles.
Hay también razón política para nuestra decadencia. Nosotros – esto es una virtud y un terrible defecto – nosotros somos el pueblo más individualista de la tierra, ásperamente individualista, enérgicamente individualista. Hay un refrán español que dice que cada español lleva un rey en el vientre.
Esto es verdad. El español, es descendiente de aquellos hidalgos aragoneses que le decían al Rey: "Nosotros, que somos tanto como vos y que, juntos, valemos más que vos, pero os hacemos Rey si obedecéis nuestras leyes y privilegios, y si no, no."
Los descendientes de aquellos hidalgos castellanos que dicen: "Somos tan caballeros como el rey; lo único es que el Rey tiene más dinero que nosotros."
No hay comentarios:
Publicar un comentario