Afincado en Marly-le-Roi desde 1874 hasta 1877, Sisley dedicó a las inundaciones del Sena en marzo de 1876 un conjunto de siete obras. Las más conocidas de la serie representan el momento álgido de la crecida, con un sentido de serenidad y equilibrio más propio de una laguna que de las violentas aguas del Sena.
La inundación en Port-Marly (1876), de Alfred Sisley. Óleo sobre lienzo. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid |
En la obra de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, el sol vuelve a brillar en el cielo y las aguas retroceden a su cauce. Ello permite a Sisley situar el caballete en el centro de la calle y retomar la perspectiva central común a muchas de sus obras, y arraigada en la tradición clásica del paisaje francés. Pero, además, al situar el horizonte muy bajo, Sisley consigue dar al movimiento de las nubes un gran protagonismo. Como ocurre en la pintura de Constable, en Sisley el celaje se convierte en verdadero actor del paisaje, cuyo reflejo sobre el pavimento dinamiza al tiempo que unifica la composición
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