Al principio no había nada, solo un vacío que se arremolinaba llamado Caos (del griego Χάος, Kháos o Cháos). Al final de la nada surgió una fuerza creadora. Algunos dicen que era Gea, La Madre Tierra; otros que una diosa llamada Eurínome.
En el principio Eurínome (la que se desplaza en la eternidad), la Diosa de todas las cosas, surgió desnuda del océano primigenio pero no encontró nada sólido donde apoyar los pies. Entonces separó el océano del firmamento y danzó solitaria sobre las olas. Danzó y de sus movimientos surgió un viento como algo nuevo y aparte con lo que se podía comenzar la creación. Entonces la Gran Madre Creadora se dio vuelta y tomó ese viento, lo frotó contra su cuerpo modelándolo, le dio forma de serpiente y la llamó Ofión; también conocida como Bóreas o Viento Norte.
Eurínome y Ofión |
Eurínome continuó bailando, cada vez más agitada y exaltada y la serpiente Ofión deseó unirse a la creadora. Ella lo consintió y ambos se ayuntaron. Luego, Eurínome se transformó en paloma, empolló sobre las aguas y puso el Huevo Primordial. Por su mandato, la serpiente Ofión se enroscó siete veces en torno del huevo y lo incubó.
El Huevo Primordial y Ofión |
Más tarde, el huevo se abrió en dos y de él salieron todas las cosas que existen: Urano, el cielo; Ourea, las montañas; Ponto, el mar y muchas otras partes del cosmos: el sol, la luna, los planetas, las estrellas, árboles, hierbas y las criaturas vivientes; los hijos de la Creadora.
Diosa Pájaro Serpiente Creadora cerámica encontrada en Hungría, 5.000 a. C. |
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