sábado, julio 04, 2015

Relato: Prometeo, la humanidad y el fuego sagrado (I)

Prometeo y el fuego sagrado

Los titanes y las titánides, bajo el mando del rey Cronos, habían gobernado el mundo hasta que la rebelión de Zeus dio el poder a los dioses olímpicos. Había siete pares de titanes y cada par estaba encargado de uno de los días de la semana. Pero el Consejo Olímpico prohibió a los mortales, quienes habían sido creados con fango de río por el titán de los miércoles, llamado Prometeo, que siguieran calculando el paso de los días de la semana.
Más tarde, Zeus descubrió que Prometeo había entrado clandestinamente en el Olimpo y había robado un carbón encendido para que los mortales que él había creado pudieran cocinarse la carne, en lugar de tener que comérsela cruda. Para castigarle por haber facilitado a los mortales este primer paso hacia la civilización, Zeus encadenó a Prometeo a una roca en las montañas del Cáucaso, donde un buitre le roía las entrañas durante todo el día.
Robert Graves
Dioses y héroes de la antigua Grecia
Lumen (Adaptación)
Los primeros intentos de crear humanos resultaron en la pacífica Raza Dorada, que no tuvo descendencia y se extinguió, y la Raza Plateada, a la que Zeus desterró a los infiernos porque era malvada. Entonces Prometo, el titán, creó a la Raza de Bronce a partir de arcilla y ésta raza creció con fuerza.
En una ocasión, el pueblo sacrificó un toro a Zeus. Se podían quedar una parte y ofrecerle otra al dios, pero no podían ponerse de acuerdo sobre qué parte. Prometio los ayudó dividiendo la carne en dos; una parte era buena, la de la piel del toro, y la otra solo era la que cubría los huesos de apariencia sabrosa. Zeus escogió la segunda, y cuando descubrió el engaño se enfureció tanto que se negó a darle el fuego a la humanidad, pero Prometeo lo robó y se lo llevó a la tierra para enseñarles cómo funcionaba. 
Furioso, Zeus lo castigó encadenándolo a una montaña y haciendo que un a gran águila devorara su hígado. Zeus le reconstruía el hígado cada día, por lo que la tortura era eterna, hasta que finalmente Prometeo fue rescatado por el héroe Hérakles.
Representaciones en el arte:
Pintura
Heinrich Friedrich Füger: Prometeo lleva el fuego a la humanidad
( ca. 1817). Óleo sobre lienzo. 
José de Ribera: Prometeo (ca. 1630). Óleo sobre lienzo.
Dirck van Baburen: Prometeo encadenado por Vulcano (1623).
Óleo sobre lienzo. Museo Nacional, Ámsterdam.
Pedro Pablo Rubens: Prometeo encadenado (1611–12).
Óleo sobre lienzo. Museo de Arte, Filadelfia (USA)
Gustave Moreau: Prometheus (1868).
Óleo sobre lienzo. Museo Gustave Moreau, Paris.
José Clemente Orozco: Prometheus (1927).
Pomona College
Francesco Foschi: Prometeo encadenado en las cimas
nevadas del Cáucaso
. Óleo sobre lienzo
Thomas Cole: Prometheo atado. Óleo sobre lienzo
(cont.)

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