Cuando pintó este Descendimiento de la cruz en 1616 para la capilla del convento de los capuchinos en Lille, Petrus Paulus Rubens era un artista famoso. Desde 1609, ha sido el pintor oficial de la corte del archiduque de Austria, Alberto, quien recibió los Países Bajos como dote por su matrimonio con la infanta Isabel de España.
El descendimiento de la cruz (1612-1614) , de Pedro Pablo Rubens Óleo sobre lienzo. Catedral de Amberes, Bélgica |
Vive en Amberes donde hizo construir un palacio en el que instaló su estudio. Una primera Deposición, un tríptico, pintado con anterioridad sin duda sirvió de modelo para éste. Las composiciones son cercanas, centradas en el cuerpo y la Sábana Santa, un círculo tosco que se despliega en una elipse enroscando las diagonales definidas por la Sábana Santa. El claroscuro de Caravaggio, heredado de su viaje a Italia entre 1600 y 1608, se suaviza, menos abiertamente dramático que en el tríptico. Sin duda porque la luz artificial, signo del barroco, es menos violenta, menos contrastada. Esta pintura conservada en el Palais des Beaux-Arts de Lille es un oxímoron: un estallido voluptuoso.
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