el cálido silbido de un ave rapaz.
O acaso diré: la imagen viva
de un relámpago de seda
Cantaba el poeta Ósip Mandelstam (1891-1938), una de las muchas víctimas del absolutismo estalinista. El poema está recogido en Tristia, su segundo libro, publicado en 1922 y ampliado en 1925. De Mandelstam nos gusta su poesía, pero también el saber que componía mentalmente, de manera oral y peripatética. Recitaba sus poemas una y otra vez, y cuando consideraba que el poema estaba terminado, lo transcribía o dictaba. Cada uno de ellos, además, dialoga con el resto de su obra y crea una sintaxis visual, abisal volviendo radicalmente moderna una lengua clásica.
Y es que vivos están los clásicos, y lo están más cuando se leen, se recitan, se escuchan y se gozan. Por ello, y para celebrar el Día Mundial de la Poesía, que se conmemora cada 21 de marzo desde 1999, ponemos nuestro granito de arena en dar difusión a, como dice la Unesco, “una de las formas más preciadas de la expresión e identidad y lingüística de la humanidad, que nos habla de nuestra humanidad común y de nuestros valores compartidos, transformando el poema más simple en un poderoso catalizador del diálogo y la paz”, nos hemos dedicado estos días a leer poesía.
Y es que vivos están los clásicos, y lo están más cuando se leen, se recitan, se escuchan y se gozan. Por ello, y para celebrar el Día Mundial de la Poesía, que se conmemora cada 21 de marzo desde 1999, ponemos nuestro granito de arena en dar difusión a, como dice la Unesco, “una de las formas más preciadas de la expresión e identidad y lingüística de la humanidad, que nos habla de nuestra humanidad común y de nuestros valores compartidos, transformando el poema más simple en un poderoso catalizador del diálogo y la paz”, nos hemos dedicado estos días a leer poesía.
Alianza Editorial
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