Según Herodoto, los embalsamadores enseñaban a los familiares de varias efigies de maderas con distintas decoraciones, desde la más barata a la más cara. Cuando ya había escogido el modelo y había pactado el precio, la familia entregaba el cadáver.
Sarcófago y momia, período tardía. Madera pinta. Museo Nacional, Alejandría, Egipto |
En primer lugar se lavaba el cuerpo y se procedía a la extracción del cerebro. Para ello, se inyectaba un líquido que lo deshacía y, con la ayuda de un gancho metálico, se eliminaban los fragmentos a través de la nariz.
Las vísceras, excepto el corazón, era extraídos por el costado izquierdo a través de una incisión. Una vez desecadas, eran depositadas en los vasos canopes o canopos. Después de coser el corte, el cadáver era sumergido en natrón durante 70 días. Cuando se había cumplido el plazo, el cuerpo era nuevamente lavado y posteriormente vendado cuidadosamente.
Los cuatro vasos canopes. Dinastía XIX. Museo Egipcio, Berlín, Alemania |
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