Los antiguos egipcios disponían de más de veinte nilómetros, unos pozos con escaleras que tenían las paredes graduadas y que permitían controlar el aumento del caudal del río Nilo.
Además, estos pozos servían para calcular los impuestos anuales ya que las cosechas eran más abundantes cuanto mayor era la altura alcanzada por las aguas del río.
Nilómetro en Elefantina |
Un nivel de las aguas de Nilo en Elefantina inferior a seis metros suponía que muchos terrenos no podían cultivarse y la consiguiente hambruna en todo el país. Un nivel muy superior a los ocho metros causaba la inundación de los pueblos, destruía las viviendas e inutilizaba los canales de riego.
Cuando retrocedían las aguas, alrededor de septiembre u octubre, depositaban una rica capa aluvial de limo que favorecía la fertilidad de las tierras cultivables. La inundación, llamada –ajet– en la antigua lengua de los egipcios era una de las tres estaciones en las que los antiguos egipcios dividían el año.
Los nilómetros más famosos están en Elefantina (Asuán), Kom Ombo y en la isla de Roda (El Cairo).
Nilómetro en Kom Ombo |
Al construirse la presa de Asuán el nivel de las aguas del Nilo permanece constante a lo largo del año, terminándose el ciclo de inundaciones en todo Egipto. El agua se eleva mediante bombas, los campos son fertilizados con abonos químicos y el limo se deposita en el fondo del gran embalse.
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