Hace 123 años, un 4 de agosto de 1897, Manuel Campello, un niño de 14 años, descubrió casualmente una “piedra” en una zona de campo en el municipio alicantino de Elche. El paso de los años reveló la importancia de este hallazgo fortuito, pues se trata de un destacado busto de la cultura ibérica que, además, también puso en evidencia que la zona de su descubrimiento había sido un destacado enclave en la Antigüedad: el yacimiento arqueológico ibero y romano de La Alcudia. El historiador José María Blázquez Martínez relata el hallazgo de la Dama de Elche: “El hallazgo de esta excepcional pieza del arte ibérico está perfectamente documentado. Tuvo lugar en el atardecer del día 4 de agosto de 1897 en la loma de La Alcudia, cerca de Elche (Alicante), donde habían aparecido algunos hallazgos importantes. El dueño de la finca ordenó a sus jornaleros que trabajaran la tierra con cuidado, la pieza fue desenterrada con precaución, y pronto fue admirada por todos los habitantes de la localidad”.
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