
Antonio Enríquez Gómez (1600-1663), natural de Cuenca, pertenece a la generación calderoniana y a la época de plenitud de la comedia española. Su vida está marcada por su condición de judío y se puede dividir en tres épocas: su huida a Francia (1636), su exilio francés (Bordeaux y Rouen, importante colonia de judeoconversos oriundos de la Península Ibérica) y su vuelta a España (1649, encubierto bajo el nombre de Fernando de Zárate).
La Inquisición lo identificó (1661) y encarceló en el sevillano castillo de Triana, sede del Santo Oficio, donde fallece en 1663. Su teatro se ha visto postergado por su peripecia vital y por la fama que alcanzó alguna de sus obras en prosa y verso, aunque el corpus dramático que se conserva tuvo una notable difusión.
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