Hércules, el Herakles griego, era hijo de Zeus y de la esposa del rey de Tebas. La diosa Hera, esposa de Zeus, envió dos serpientes para que lo asfixiaran en la cuna. Hércules cogió una en cada mano y las estranguló. Poco después Hermes acercó a Hércules a uno de los senos de Hera, que estaba dormida, para que mamara la leche divina y obtuviera la inmortalidad. El niño comenzó a chupar, pero su tremenda fuerza hizo que Hera se despertara y se apartara. El chorro de leche salió despedido y formó la Vía Láctea ("camino de leche").
Hércules niño, 1928, de Sylvestre Clerc, Musée des Augustins, Toulouse |
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