Los pueblos que habían vivido durante miles de años en las orillas del Nilo y en los desiertos había acumulado una gran sabiduría médica, que fue la base para el posterior desarrollo de sus métodos médicos y quirúrgicos en el Egipto faraónico. El culto a los muertos llevó a la mejora de los métodos de momificación que permitieron a su vez un mejor estudio de la anatomía humana.
Curar con cañas o plumas. Un oculista cura el ojo de un artesano. Copia de una pintura de la tumba de Ipuy |
En un primer momento las personas encargadas de practicar la medicina entre los humanos también se encargaban de los animales, ya que se consideraba que era una misma actividad.
Aparte de tratar las enfermedades más frecuentes como fracturas, heridas, contusiones, picaduras de escorpión o serpientes y quemaduras, también tenían conocimientos ginecológicos e investigaron las causas de la diabetes.
Mujer de parto en el Mesjenet, templo de Kom Ombo |
Para ello el corazón hablaba a través de los conductos repartidos por todo el cuerpo, por lo que tomar el pulso en la cabeza, la nuca u otro punto adecuado permitía "oír" la voz de este órgano, al que atribuían las funciones que hoy sabemos son realizadas por el cerebro.
Instrumental médico, grabado en el templo de Kom Ombo |
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