jueves, diciembre 10, 2015

Mitos: El rapto de las sabinas

Los únicos que vivían en la nueva de Roma eran los seguidores de Rómulo, todos hombres. Un día, éste anunció que iba a organizar un gran festival en honor al dios Neptuno,  a las que invitó a los pueblos vecinos. Acudieron varios de ellos, pero los de una población, la Sabinia, eran especialmente voluntariosos y fueron a Roma con sus mujeres e hijos y precedidos por su rey.
Comenzó el espectáculo de los juegos y, a una señal, cada romano raptó a una mujer, y luego echaron a los hombres. Los romanos intentaron aplacar a las mujeres convenciéndolas de que sólo lo hicieron porque querían que fuesen sus esposas, y que ellas no podrían menos que sentirse orgullosas de pasar a formar parte de un pueblo que había sido elegido por los dioses. Las sabinas pusieron un requisito a la hora de contraer matrimonio: en el hogar, ellas sólo se ocuparían del telar, sin verse obligadas a realizar otros trabajos domésticos, y se erigirían como las que gobernaban en la casa.
 Francisco Pradilla: El rapto de las sabinas, 1874. Óleo sobre lienzo. Universidad Complutense, Facultad de Bellas Artes, Madrid, España
Años más tarde, los sabinos, enfadados por el doble ultraje de traición y de rapto de sus mujeres, atacaron a los romanos, a los que fueron acorralando en el Capitolio. Para lograr penetrar en esta zona, contaron con una romana, Tarpeya, quien les franqueó la entrada a cambio de aquello que llevasen en los brazos, refiriéndose a los brazaletes. Viendo con desprecio la traición de la romana a su propio pueblo, aceptaron el trato, pero, en lugar de darle joyas, la mataron aplastándola con sus pesados escudos. La zona donde, según la leyenda, tuvo lugar tal asesinato, recibió el nombre de Roca Tarpeya, desde la que se arrojaba a los convictos de traición.
Jean de Boulogne o Giambologna: El rapto de la sabinas.
Loggia dei Lanzi, Florence, Italia.
Cuando se iban a enfrentar en lo que parecía ser la batalla final, las sabinas se interpusieron entre ambos ejércitos combatientes para que dejasen de matarse porque, razonaron, si ganaban los romanos, perdían a sus padres y hermanos, y si ganaban los sabinos, perdían a sus maridos e hijos. Las sabinas lograron hacerlos entrar en razón y finalmente se celebró un banquete para festejar la reconciliación. El rey de Sabinia Tito Tacio y Rómulo formaron una diarquía en Roma hasta la muerte de Tito.
Jacques-Louis David: La intervención de las sabinas, 1799. Óleo sobre lienzo. Museo del Louvre, París, Francia
El tema en el cine
  • El rapto de las Sabinas (1960). México. Dirección: Alberto Gout. Protagonizada por Lorena Velázquez, Lex Johnson, Tere Velázquez, Wolf Ruvinskis, Luis Induni, Leandro Vizcaíno, Carolina Jiménez, Juanita Crespi. Productora: Constelación. Aventuras. Mitología. Antigua Roma. Color: Eastmancolor. Duración: 82 minutos. El ambicioso y celoso Remo es atravesado por la espada de su hermano gemelo Rómulo cuando ambos se disputan el mando de la ciudad de Roma. Al advertir los romanos que no tienen mujeres, Rómulo ordena a su lugarteniente Hostes que las consiga en los pueblos vecinos. Hostes fracasa en su viaje, por lo que los romanos deciden organizar una gran fiesta, e invitar a ella a las hermosas Sabinas y raptarlas. Las Sabinas acuden con sus hombres a la fiesta. al final de ella, los romanos provocan gran batalla para vencer a los Sabinos y quedarse con sus mujeres.
  • El rapto de las sabinas (Il ratto delle sabine, 1961). Italia, dirigida por Richard Pottier. Protagonizada por Roger Moore, Mylène Demongeot, Jean Marais, Francis Blanche, Luisa Mattioli, Scilla Gabel, Folco Lulli, Marino Masé, Nietta Zocchi, Georgia Moll, Rosanna Schiaffino, Dina De Santis, Walter Barnes. Productora:Coproducción Italia-Francia-Yugoslavia; Finanziaria Cinematografica Italiana (FICIT)/Compagnie International de Productions Cinématographiques (CIPRA)/Dubrava Film. Aventuras. Comedia. Antigua Roma. Color. Duración: 98 minutos. Rómulo, fundador de Roma, organiza unos juegos en honor al dios Neptuno. Acuden representantes de los pueblos vecinos, como los habitantes de la Sabinia, acompañados por sus mujeres.

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