jueves, diciembre 24, 2015

Antiguo Egipto (II): Cronología

Periodo predinástico (c. 5500 a. C.-3300 a. C.)

Los primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del río Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, en su huida de la creciente desertización del Sáhara.
Las sucesivas fases del neolítico están representadas por las culturas de El Fayum, hacia el 5000 a. C., la cultura tasiense, hacia el 4500 a. C. y la cultura de Merimde, hacia el 4000 a. C. Todas ellas conocen la piedra pulimentada, la cerámica, la agricultura y la ganadería. La base de la economía era la agricultura que se realizaba aprovechando el limo, fertilizante natural que aportaban las anuales inundaciones del río Nilo.
Tras estas culturas aparecieron la badariense y la amratiense o Naqada I, entre 4000 y 3800 a. C.
Figura de perro. Naqada I.
Museo del Louvre, París, Francia
Hacia el año 3600 a. C. surge la gerzeense o Naqada II, que se difunde por todo Egipto, unificándolo culturalmente. Esta consonancia cultural llevará a la unidad política, que surgirá tras un periodo de luchas y alianzas entre clanes para imponer su supremacía.
Vaso decorado con gacelas. Naqada II. Museo del Louvre, París, Francia
Para lograr mayor eficacia y producción, hacia 3500 a. C., comenzaron a realizarse las primeras obras de canalización y surge la escritura con jeroglíficos en Abidos. En esta época comenzaron los proto-estados:
Las primeras comunidades hicieron habitable el país y se organizaron en regiones llamadas nomos. Los habitantes del Delta tenían una organización feudal y llegaron a establecer dos reinos con dos jefes o monarcas respectivamente. Un reino estaba asentado en un lugar pantanoso, que se llamaba reino del Junco y tenía como símbolo un tallo de junco. Su capital era Buto; tenían a una cobra como tótem. El otro reino tenía como capital a Busiris y como tótem un buitre pero su símbolo era una abeja y llegó a conocerse como reino de la Abeja. Ambos reinos estaban separados por un brazo del río Nilo.
Vasija de terracota con forma de ave. Naqada II.
Museo del Louvre, París, Francia
El reino de la Abeja conquistó al reino del Junco de manera que el Delta quedó unificado. Pero algunos de los vencidos huyeron a establecerse en la zona del Alto Egipto donde fundaron ciudades dándoles el mismo nombre que aquellas que habían dejado en el Delta. Por eso muchas ciudades de esta época tienen nombres semejantes en el Alto y Bajo Egipto. Estas gentes fueron prosperando considerablemente hasta llegar a organizarse en un Estado.
Fuentes
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David, Rosalie (2003). Religión y magia en el Antiguo Egipto. Barcelona: Crítica. 
Daumas, François (2000). La civilización del Egipto faraónico. Barcelona: Óptima.
Edwards, I. E. S. (2003). Las pirámides de Egipto. Barcelona: Crítica. 
Faga, Brian (2005). El saqueo del Nilo. Ladrones de Tumbas, Turistas y Arqueólogos en Egipto. Barcelona: Crítica. 
Fèvre, Francis (1992). La faraona de Tebas. Hatsepsut, hija del Sol. Barcelona: Planeta.
Guidotti, Mª Cristina y Cortese, Valeria (2002). Atlas ilustrado del Antiguo Egipto. Arte, historia y civilización. Madrid: Susaeta. 
Kemp, Barry J. (2003). El Antiguo EgiptoAnatomía de una civilización. Barcelona: Crítica.
Sánchez, Ángel (2004). Manual de traducción de jeroglíficos egipcios. Madrid: Alderabán.
Tyldesley, Joyce (1998). Hijas de Isis. La mujer en el Antiguo Egipto. Barcelona: Martínez Roca.
Vanderberg, Philipp (2004). La maldición de los faraones. La ciencia moderna y el enigma del mito ancestral. Barcelona: Robinbook. 
Vidal Manzanarres, César (recop.) (1998). Cuentos del Antiguo Egipto. Barcelona: Martínez Roca. 
Walker, Martin (1999). Historia del Antiguo Egipto. Madrid: Ediciones y distribuciones Mateos.

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