Los generales romanos estaban en la guerra y en un momento de calma durante un largo asedio, empezaron a hablar sobre sus esposas y preguntarse cuál sería la más virtuosa. Decidieron volver a Roma para saber que estaban haciendo sus esposas y preguntarse cuál sería la más virtuosa.
Decidieron volver a Roma para saber qué estaban haciendo sus esposas y se quedaron sorprendidos al descubrir que bebían y tenían aventuras con los hombres que se habían quedado en Roma; todas menos una, Lucrecia, esposa de Colatino.
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| Tiziano: Lucrecia y Sexto Tarquinio. Museo Fitzwilliam, Cambridge, Reino Unido |
Lucrecia estaba en casa, tejiendo tranquilamente y al verla, un soldado romano, Sexto Tarquinio, sintió lujuria por ella. Le pidió hacer el amor con ella y le dijo que sino, no sólo la mataría sino que la avergonzaría, porque mataría a un esclavo y metería a ese ser tan bajo en su cama.
Lucrecia se sometió a la violación, pero le envió un mensaje a su esposo Colatino explicándole lo que había pasado. El volvió enseguida a casa, y aunque intentó convencerla de que no había hecho nada malo, ella no pudo soportarlo, sacó un cuchillo de debajo de sus ropas y se lo clavó hasta morir.
El suicidio de Lucrecia no sólo representa una muerte honrosa en la cultura romana, sino que supone ensalzar la virtud por encima de todo. La enseñanza moral está clara: una esposa virtuosa debe morir antes que ser infiel a su esposo.
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