domingo, diciembre 02, 2018

Antigua Grecia: El valor de las palabras (XL)

Estatua del político y orador Demóstenes
Cuando murió su padre, Demóstenes apenas era un niño y la herencia quedó en manos de sus tutores. 
Al alcanzar la mayoría de edad, decidió llevarlos a juicio pero su escasa vio, sus tartamudez y su incapacidad para improvisar hicieron que el jurado no le prestara atención.
Demóstenes se afeito la mitad de la cabeza para no volver a caer en la tentación de volver a hablar ante el jurado hasta que no estuviera preparado. 
Pero su largo período de tiempo a orillas del mar, durante el cual se introducía guijarros en la boca para hacer ejercicios orale su superar la tartamudez, a la vez que hablaba en voz alta para que su discurso pudiera ser oído a pesar del murmullo de las olas. 
Cuando lo consiguió, volvió a Atenas y reanudó el pleito. El jurado convencido por su brillante discurso le permitió recuperar una parte de su herencia. 

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