El político ateniense Temístocles, se opuso de manera enérgica al envío de la flota al Peloponeso para enfrentarse a los persas.
El general espartano Euribíades, almirante de la flota griega, enfureció y levantó su bastón de mando para protestar. Temístocles extendió los brazos y exclamó: ¡Pega, pero escucha!
La batalla de Salamina (detalle de un óleo de Wilhelm von Kaulbach) |
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