Tras la losa de ETA
Javier Elzo
PPC
Madrid
2014
322 págs.
Javier Elzo ha vivido con gran cercanía y enorme intensidad el drama vasco de los últimos cincuenta años. Ha militado como un activista indesmayable en la causa de la paz, desde cuando no era nada fácil dejarse ver. Y no se anda con rodeos ni se camufla en equidistancias a la hora de expresar su opinión sobre lo ocurrido: ETA es culpable, el terrorismo ha sido la verdadera plaga de nuestro país, las amenazas y la extorsión han impuesto una dictadura ideológica equivalente a la del franquismo, el desamparo social a las víctimas a unas víctimas, mientras otras eran arropadas nos ha envilecido a todos. En esta obra revisa todos los rincones del «problema vasco» con la cabeza fría y el corazón ardiendo. De ella se puede deducir que la pacificación, la reconciliación y la justicia han de ser una tarea de responsabilidad integral en la que todos tenemos parte. A escala individual, porque a todos se nos ha mineralizado algo el cerebro y endurecido algo el corazón. Los medios de comunicación, que no pueden permitir ni que se olvide lo inolvidable, ni que se falsifique la historia, ni que se ponga la zancadilla a cualquier paso adelante. Pero es sobre todo un imperativo categórico para la política. En el amparo y el reconocimiento a las víctimas y en la búsqueda de la única salida hacia el futuro: un proyecto compartido por una sociedad plural, complejísima ideológicamente y llena de matices en los sentimientos de pertenencia. El prólogo Con ilusión, pero sin hacerse ilusiones es de Iñaki Gabilondo.
PPC
Madrid
2014
322 págs.
Javier Elzo ha vivido con gran cercanía y enorme intensidad el drama vasco de los últimos cincuenta años. Ha militado como un activista indesmayable en la causa de la paz, desde cuando no era nada fácil dejarse ver. Y no se anda con rodeos ni se camufla en equidistancias a la hora de expresar su opinión sobre lo ocurrido: ETA es culpable, el terrorismo ha sido la verdadera plaga de nuestro país, las amenazas y la extorsión han impuesto una dictadura ideológica equivalente a la del franquismo, el desamparo social a las víctimas a unas víctimas, mientras otras eran arropadas nos ha envilecido a todos. En esta obra revisa todos los rincones del «problema vasco» con la cabeza fría y el corazón ardiendo. De ella se puede deducir que la pacificación, la reconciliación y la justicia han de ser una tarea de responsabilidad integral en la que todos tenemos parte. A escala individual, porque a todos se nos ha mineralizado algo el cerebro y endurecido algo el corazón. Los medios de comunicación, que no pueden permitir ni que se olvide lo inolvidable, ni que se falsifique la historia, ni que se ponga la zancadilla a cualquier paso adelante. Pero es sobre todo un imperativo categórico para la política. En el amparo y el reconocimiento a las víctimas y en la búsqueda de la única salida hacia el futuro: un proyecto compartido por una sociedad plural, complejísima ideológicamente y llena de matices en los sentimientos de pertenencia. El prólogo Con ilusión, pero sin hacerse ilusiones es de Iñaki Gabilondo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario