Las creaciones pictóricas de la artista mexicana Frida Kahlo han tendido a situarse en el seno del surrealismo, puesto que la artista, mujer de Diego Rivera, expuso en varias ocasiones en las grandes muestras de arte surrealista. Además, el tono de sus pinturas, cargadas de intenso dramatismo, posee un carácter enigmático que bien pudiera entenderse como la peculiar atmósfera que rodea a una escena onírica.
La columna rota (1944). Óleo sobre masonita. Fundación Dolores Olmedi Patiño, Xochimilco, México |
La columna rota o Autorretrato de mujer sufriendo, en la que Kahlo alude al terrible accidente que sufrió en 1925 cuando en el autobús en el que viajaba fue embestido por un tren. Las secuelas del grave percance se prolongaron durante toda su vida y, por ese motivo, es frecuente ver en sus obras elementos que aluden a la tortura física a la que la artista se vio sometida. El tema del autorretrato es constante y da pie a que la pintora se represente, por lo general, de frente, ya sea sola o bien acompañada por su marido, por otros seres humanos o por vistosos animales. Los colores utilizados son siempre vivos y brillantes.
Este autorretrato explica muy claramente lo que sucedía con su cuerpo. Frida llora porque tiene rota su columna jónica (lo femenino) y sólo un doloroso corsé de metal la mantiene moderadamente firme. Tiene clavos por todo su cuerpo, simbolizando el dolor al que quizás su rostro se ha acostumbrado. Frida aguanta con resignación y estoicismo, sacando belleza donde no la puede haber, como sacar agua de ese desierto que tiene detrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario