martes, abril 11, 2023

Libros: Lobo

Lobo

Unas memorias falsas

Jim Harrison
Errata naturae
Madrid
2023
288 pags.
Vuelve uno de los más grandes escritores norteamericanos de todos los tiempos con una novela salvaje en todos los sentidos de la palabra.
En 1970, Jim Harrison tiene la edad con la que murió Cristo y lleva encima la cruz del alcoholismo y la depresión. Primero perdió un ojo y luego a su hermana del alma y a su padre, arrollados por un conductor borracho. Está cansado de ganarse el pan dando clases de Literatura a chavales pijos de la Costa Este, de modo que lee a Lorca y a Rimbaud como si la vida se le fuera en cada verso y sale a pescar a lugares remotos como si así pudiera alejarse de sí mismo. Hasta que un día tiene un accidente en la montaña: cae por un acantilado y se destroza la columna vertebral. Deberá guardar cama durante meses y no está claro que vuelva a caminar. Podría ser el final.
O el principio. Harrison pasó los dos meses siguientes postrado y escribiendo día y noche en la vieja Remington de su padre. El resultado fue Lobo, una novela arrolladora, furiosa y bellísima, por momentos brutal, y lúcida en cada línea. En palabras del propio Harrison, Lobo (subtitulada Unas memorias falsas) «es la historia de un hombre joven que ha hecho demasiadas imbecilidades en su vida y se retira a los bosques para encontrarse a sí mismo y, sobre todo, para encontrar un lobo». En ella descubrimos los grandes temas del mejor Harrison: la celebración de la naturaleza y la crítica a la degradación del mundo salvaje bajo el imperio del capital, los personajes heridos de muerte por la soledad, eternos vagabundos y marginales, desencantados con el progreso de una civilización ciega y enfebrecida, que buscan en el whisky, la marihuana y el sexo al menos un instante de sosiego. Pero lejos de idealizar esa naturaleza en la que parece refugiarse, Harrison hace brotar de sus profundidades toda la violencia y el miedo que alberga su alma. Un lobo siempre será un lobo.
Jim Harrison (Míchigan, 1937 – Arizona, 2016) fue escritor, poeta, viajero, pescador, gran gourmet y buen bebedor. Se lo considera uno de los grandes narradores norteamericanos y ha sido comparado en innumerables ocasiones con Faulkner y Hemingway. Hijo de un ingeniero agrícola y un ama de casa, perdió casi por completo la visión del ojo izquierdo a los siete años, cuando una niña le atacó sin mediar palabra con una botella. Desde entonces fue la oveja negra de la familia, y mientras sus hermanos forjaban sus carreras como decanos de distintas universidades, él ya había dejado de estudiar a los dieciocho años y se había marchado a Nueva York tras la sombra de Rimbaud, quería ser poeta. En una entrevista reciente, Harrison declaró: «Cualquiera que estuviera un poco loco me gustaba. Yo era como un personaje de Roberto Bolaño, siempre persiguiendo las cosas más descabelladas». Harrison leyó a Bolaño, pero antes leyó a Federico García Lorca, Jorge Guillén, Antonio Machado, César Vallejo… Eso sí, siempre como autodidacta, nunca fue a un taller de escritura y sin embargo dominó todos los géneros, siendo autor de una veintena de novelas, catorce poemarios, diversos ensayos y dos volúmenes de memorias, una extensa obra que ha sido traducida a más de treinta lenguas. Sus libros han conformado una constante exploración de la relación del ser humano con la naturaleza salvaje, y un viaje de ida y vuelta entre los laberintos de la mente y los placeres del cuerpo. Nadie como él ha descrito los grandes paisajes de Estados Unidos, el legado indio (del que él mismo es depositario) y la historia contemporánea de la América rural. Entre sus obras más importantes se encuentran la mundialmente famosa, por su adaptación al cine, Leyendas de otoño, así como Dalva, Sundog o Julip.

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