Pieter Brueghel de Oude llamado el Viejo, (Breda o Breugel, h. 1525-Bruselas, 5 o 9 de septiembre de 1569) fue un pintor y grabador brabanzón. Fundador de la dinastía de pintores Brueghel, es considerado el pintor holandés más importante del siglo XVI. Con Jan Van Eyck, el Bosco y Pedro Pablo Rubens, es considerado como uno de los cuatro grandes maestros de a pintura flamenca. Solo 45 pinturas de su autoría han sobrevivido hasta la actualidad.
La obra que se presenta a continuación fue pintada a lo largo del año 1562, la representación de Brueghel de este tema se inspira en un pasaje del Apocalipsis (12, 2-9) y revela la profunda influencia de Hieronymus Bosch, especialmente en las figuras grotescas de los ángeles caídos, caracterizados como monstruos mitad humanos, mitad animales. Comparar detalles en galería Junto a Dulle Griet y El triunfo de la Muerte, de dimensiones similares, La caída de los ángeles rebeldes fue probablemente pintada para el mismo coleccionista y destinada a formar parte de una serie. La composición, con una figura central situada entre muchas figuras menores, fue repetida por Brueghel varias veces alrededor de esos años, no sólo en otras pinturas como Dulle Griet sino también en una serie de grabados de los Vicios y las Virtudes que él había completado para el editor de Amberes Hieronymus Cock. El conflicto entre el bien y el mal, el vicio y la virtud, es un tema recurrente en la obra de Brueghel: en este cuadro, el Arcángel Miguel y sus ángeles son representados en el acto de expulsión de los ángeles rebeldes del Cielo; fue el Orgullo el pecado que causó la caída de Lucifer y sus compañeros.
Caída de los ángeles rebeldes, Óleo sobre madera, Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica |
Su tema es la construcción de la torre de Babel, que, según la Biblia, fue una torre construida por la humanidad para alcanzar el cielo. Según el Génesis, Yahvé confundió la lengua de los hombres, lo que los llevó a dejar la torre inacabada y a que se marcharan en todas direcciones. El centro del cuadro lo domina la torre a medio construir, dentro de un amplio paisaje panorámico. El pintor adopta un punto de vista muy alto. En la parte superior de la torre, la presencia de una nube simboliza la pretensión de que querían alcanzar con ella el cielo. La descripción de la arquitectura de la torre por Brueghel, con sus numerosos arcos y otros ejemplos de ingeniería romana, hace pensar de manera deliberada en el Coliseo, que representaba para los cristianos de la época el símbolo de la desmesura y de la persecución. De la arquitectura de la Antigua Roma parece también provenir la mampostería de ladrillo, recubierta en el exterior por muros de sillería.
La torre de Babel, Óleo sobre madera, Museo de Historia del Arte de Viena |
Es interesante constatar que la pintura de Brueghel parece atribuir el fracaso de la construcción a problemas de ingeniería estructural más que a diferencias lingüísticas de origen divino. Aunque a primera vista la torre parece constituida por una serie de cilindros concéntricos, un examen más atento demuestra la evidencia de que algún piso no reposa sobre una verdadera horizontal; la torre está más bien construida como una espiral ascendente. Los arcos son, sin embargo, construidos perpendicularmente al suelo inclinado, lo que los hace inestables; algunos ya se aplastaron. Más inquietante puede ser el hecho de que los cimientos y los pisos inferiores de la torre aún no están acabados, mientras que las capas superiores ya están construidas.
El autor pintó otra obra con el mismo tema, La pequeña torre de Babel, hacia el año 1563, la cual se encuentra en el Museo Boymans-van Beuningen en Rótterdam.
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