La que padecieron los habitantes de Calagurris (hoy Calahorra) sitiados por los romanos». El origen de la expresión, fames calagurritana (hambre calagurritana), se remonta a las guerras entre Pompeyo y Sertorio alrededor del 73 a. C., cuando la población celtíbera sufrió un largo asedio. Salustio y un autor posterior, Valerio Máximo, retrataron la desesperación de los sitiados con toda su crudeza: “en vista de que no quedaba ya ningún animal en la ciudad, convirtieron en nefanda comida a sus esposas e hijos”. Solo sobrevivió una mujer, la Matrona de Calagurris, quien se encargaría posteriormente de repoblar la ciudad. En su honor, se erige en la Calahorra actual una estatua con unas inscripciones que rezan: – “Prevalecí contra Cartago y Roma” – “Consiguió Calahorra el trofeo de vencedora e invencible por la nobleza de su sangre, por su estirpe, por las ciencias, por sus virtudes y por su valor guerrero”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario