jueves, marzo 01, 2018

Antiguo Egipto (LXVIII): El juego

La necesidad de divertirse es tan antigua como la misma humanidad, de ahí que jugar fuera el principal medio para disfrutar del tiempo libre en el antiguo Egipto. Los juegos de mesas tenían un gran éxito, sobre todo el senet, cuyo significado es “pasaje” o “tránsito”, al que jugaba desde faraones hasta campesinos. 
Nefertari jugando al senet
Este juego de mesa constaba de un tablero dividido en 30 casillas (3 filas de 10 casillas), sobre el que se situaban 12 fichas similares a los peones de nuestro ajedrez, 5 con forma de cilindro y 7 con forma de cono. La fichas avanzaban el número sacado tirando unos palitos, redondeados por un extremo y planos por el otro, y ganaba el jugador que llegaba antes al final.
Este juego aparece frecuentemente en las pinturas de las tumbas; y como ejemplo, tenemos una imagen de la reina Nefertari, esposa de Ramsés II, jugando al senet. También debió ser el juego favorito de Tutankhamón, ya que entre los objetos personales que encontraron en su tumba habían cuatro tableros.
Otro conocido juego de mesa es el Mehen o juego de la Serpiente, con un tablero con forma de serpiente enroscada, en el que podían intervenir hasta 6 jugadores. Sus fichas solían estar grabadas con los nombres de faraones famosos, o incluso tener formas variadas de animales o simples bolas. Los jugadores comenzaban el recorrido del juego desde la punta de la cola que empezaba en el exterior, hasta llegar a la cabeza que se situaba en el centro del tablero. Este juego es similar a nuestro juego de la Oca actual.
Mehen juego con piedras, de Abydos, 3.000 a. de C., Neues Museum
El juego de las veinte casillas fue otro juego de mesa, en el que se utilizaban dos tipos de peones con cabeza de chacal representando al dios Anubis, y dos con cabeza del dios Bes. Usaban a modo de dado un hueso del pie (el astrágalo) y unos palitos que al lanzarlos contra los peones debían ser derribados.
Es una lástima no poder contar con las reglas de uso de estos juegos, aunque podríamos llegar a imaginar en qué consistían. Lo que es seguro es que se lo pasaban estupendamente.

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