La realidad fragmentada
Rafael Gómez PéreziSekotia
Madrid
2016
104 págs.
Se ha interpretado la posmodernidad como una narrativa de la diferencia, pero se trata de un discurso tan radical, que hace difícil descubrir la continuidad entre lo fragmentado. Gómez Pérez también profundiza sobre la rica multiplicidad de lo real y descubre una dinámica que clama por la superación de la diversidad. Su mirada revela una dialéctica en la que las partes plurales exigen una mediación que, sin alterar lo diverso, permitan otorgar a lo real un sentido unitario. Donde otros filósofos solo ven contraposiciones irreductibles, el autor de La realidad fragmentada vislumbra una unidad en la diferencia.
Este ensayo es una obra filosófica de madurez, tras años dedicados a la enseñanza de la antropología cultural e intentando superar los paradigmas de las diferencias de la cultura por otro con el acento puesto en las constantes humanas. En este mismo sendero se inscribe este último libro, el más metafísico en la trayectoria del autor, que rescata la metodología de la filosofía clásica para mostrar que la verdadera metafísica no está condenada al dogmatismo sino llamada a abrirse a prodigalidad de lo real.
También reivindica Gómez Pérez un individualismo bueno, frente a esa interpretación escorada al egoísmo que hace difícil e incómoda la vida social. La noción clave de todo el texto es la de mediación: lo individual se integra en lo comunitario mediante instituciones. Cierto es que hay que contar siempre con la libertad del hombre, que puede renunciar a la mediación y responder con rebeldía. Esta visión mediacional de las instituciones es especialmente importante hoy, ante los mensajes que o bien buscan destruirla, o bien rebajan la función que tiene en ellas el individuo, inclinándose hacia concepciones colectivistas.
La posmodernidad constituye una respuesta a la modernidad. Gómez Pérez configura una interpretación novedosa de este último periodo; desde su punto de vista, la modernidad pretendió superar con planteamientos unilaterales y ciertamente artificiosos la pluralidad descubierta por la filosofía clásica, pero su empeño terminó en fracaso. La reflexi sobre las diferentes dimensiones de la modernidad –científica, cultural, social y política– constituye una de las contribuciones más destacables del ensayo.
Ahora bien, ¿cuáles son esas mediaciones que posibilitan la conciliación de las diferencias? Toda mediación puede ser englobada en lo que el autor denomina cultura. En el libro se ofrece un detallado análisis de las principales mediaciones como el lenguaje, la familia, la escuela, la economía, la política, la tradición, las ciencias o la amistad. Gracias a ellas se efectúa esa dinámica entre lo individual y lo comunitario que posibilita el desarrollo del individuo en su encuentro con lo diferente.
La importancia que las actuales corrientes de pensamiento otorgan a lo diverso puede explicarse, de este modo, si se tiene en cuenta la transformación de las mediaciones. El descrédito de la vida familiar, la especialización de las ciencias o una comprensión errada de la política, entre otros, son fenómenos sintomáticos de esas mediaciones impuestas que socavan la dialéctica entre pluralidad y unidad en la que se basa el desarrollo de la cultura.
Estas páginas terminan reivindicando el pensar filosófico, no entendido como la defensa de un sistema teórico de convicciones ni como una ideología, sino como la actitud de apertura a la dimensión de lo real. Para Gómez Pérez, la metafísica es el antídoto que se requiere hoy para superar el relativismo y superficialidad del posmodernismo.
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