Un día, Apolo, que era un arquero diestro, quiso burlarse del dios del amor, Eros, y ridiculizó sus intentos con el arco. Furioso, Eros planteó su venganza.
Gian Lorenzo Bernini: Apolo y Dafne, 1622-1625. Mármol.Galeria Borghese, Roma, Italia |
En su carcaj llevaba dos tipos de flechas; unas con punta de oro que hacía que su objetivo se enamorara perdidamente, y otras, con punta de plomo que hacía que la víctima rechazara cualquier gesto romántico.
Jean-Étienne Liotard: Apolo y Dafne, 1736. Pastel sobre papel. Rijksmuseum. Amsterdam, Países Bajos |
Eros le lanzó una flecha con punto de oro a Apolo e hizo que se enamorara de la ninfa Dafne, a la que le lanzó una flecha con punta de plomo para que nunca se enamorara.
Antonio Pollaiuolo: Dafne y Apolo, circa 1470. National Gallery, Londres, Reino Unido |
Con esto se inició el desencuentro: Apolo persiguió a la consternada Dafne por las montañas. Mientras huía de él, Dafne rogó a Zeus que la transformara para que Apolo no pudiera atraparla. Sus oraciones fueron escuchadas y se convirtió en un laurel.
Apolo consagró el laurel por amor hacia Dafne, y desde entonces siempre llevó una corona de laurel en la cabeza.
Francesco Albani: Apolo y Dafne, circa 1615-1620, Óleo sobre cobre montado sobre madera. Museo del Louvre, París, Francia |
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