Entre ellas, nombres distintos a Charlotte Delbo han resistido el paso del tiempo: el de Danielle Casanova, de 34 años en el momento de su deportación, figura en los círculos comunistas, que murió en mayo de tifus -la enfermedad que prolifera en condiciones sanitarias inimaginables en el campamentos y arrasa cuerpos debilitados por el hambre, el frío y los trabajos forzados. Hélène Solomon-Langevin, 33 años, también comunista, hija del físico Paul Langevin, que será una de los cuarenta y nueve supervivientes del convoy y se convertirá, a partir del otoño de 1945, en una de las primeras mujeres parlamentarias en Francia, antes de que los problemas de salud, luego de su deportación, la obligaran a mudarse. Adélaïde Hautval, psiquiatra, asignada a la la enfermería del campo pero se negó a participar en los experimentos de los médicos nazis, lo que le valió el título de Justa de las Naciones. Marie-Claude Vaillant-Couturier, todavía de 31 años en enero de 1943, también comunista, periodista, fotógrafa, que fue trasladada a Ravensbrück (junto con Geneviève de Gaulle-Anthonioz o Germaine Tillion ), sobrevivió allí, luego testificó en el histórico juicio de Nuremberg y se embarcó en una carrera política después de la guerra, convirtiéndose en vicepresidenta de la Asamblea Nacional.
La vida antes, la vida en el campamento, la vida después
Estos, y todos los demás, alimentan las páginas del Convoi du 24 janvier, de Charlotte Delbo, tambaleándose con dignidad y fuerza. Fruto de una larga investigación, en los archivos y en el país, para encontrar las huellas de cada uno de ellas. Un libro como un mausoleo, que evoca sin comentarios estas existencias obstaculizadas, en su mayor parte aniquiladas. Pero también un libro, como una oda a la vida, citando y ubicando con la mayor precisión posible a cada una de estas mujeres, fecha y lugar de nacimiento, profesión cuando la tuvieron, hijos, compromiso político o no; cuadro de una Francia encarnada de los años 1930, 1940, 1950, que arroja luz sobre estas mujeres, anónimas, que los libros de historia tantas veces han ignorado. Y, para algunos, testimonios sobre la Liberación, el retorno, la no siempre fácil reinserción en la vida cotidiana ordinaria. La vida antes, la vida en el campamento, la vida después.
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