Los reyes de la casa
Delphine de ViganTraducción de Pablo Martín SánchezAnagrama
Barcelona
2022
344 págs.
Aunque lleva veinte años dedicada a la escritura, Delphine de Vigan (Francia, 1966) ha despegado definitivamente con Las lealtades (2019) y, especialmente, con Las gratitudes. Su nueva novela, Los reyes de la casa, se encarama a la tradición de la novela negra.
El libro tiene como protagonistas a una pareja de mujeres que no se parecen en nada. A un lado, la procédurière Clara Roussel, de la Brigada Criminal de París: solitaria y meticulosa, como no podía ser de otra forma, consagrada a su trabajo, deliberadamente discreta, analógica…, antigua. Al otro, Mélanie Claux, mamá influencer de Kimmy y Sammy, millonaria gracias al canal de YouTube en el que sus niños juegan, abren regalos y promocionan marcas. Las dos se conocen en comisaría el día que desaparece Kimmy. Clara se hará cargo del caso.
La historia avanza punto por punto como han de hacerlo los libros de detectives –mensaje del secuestrador, interrogatorios, estancamiento del caso, vuelta a la escena del crimen, inesperado giro dramático–, hasta que la autora le da la vuelta al género como a un calcetín y uno se ve metido hasta el cuello en una novela de ciencia ficción. Buena señal.
A De Vigan le interesa más contar su historia que ceñirse al esquema. Ya la vimos escribir sobre desórdenes alimenticios (Días sin hambre), salud mental (Nada se opone a la noche) o el cuidado de los mayores (Las gratitudes). En Los reyes de la casa, la autora quiere hablar de nuestra relación con la tecnología, con la sobreexposición; de la pérdida de la intimidad y de aquellos placeres de la infancia –el aburrimiento– que ya son historia. Demuestra ser una observadora perspicaz no solo de la psique humana, sino también de las actitudes específicamente contemporáneas hacia la vida.
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