Fernando Macarro, conocido por el seudónimo de Marcos Ana, ha fallecido en Madrid a la edad de 96 años.
Nacido en la provincia de Salamanca, en 1920, participó en la Guerra Civil española, combatiendo a favor de la República, y militó en el Partido Comunista. En 1939 fue detenido por el bando franquista y condenado a dos penas de muerte acusado de tres asesinatos por los que ya habían sido fusilados otros presos; se le conmutó la pena por una larga condena que duró 23 años y que terminó, en 1962, tras una campaña internacional por su liberación apoyada por, entre otros, Rafael Alberti y Pablo Neruda.
Pasó por varias cárceles y compartió cautiverio con escritores como Antonio Buero Vallejo o periodistas como Javier Bueno. En prisión se aficionó a la lectura de clásicos españoles, como Quevedo o Lope de Vega, y también de algunos contemporáneos represaliados y prohibidos por la dictadura, entre otros Federico García Lorca, Miguel Hernández o el propio Alberti.
Escribió su primer poema con 33 años, y adoptó como seudónimo los nombres de sus padres, Marcos y Ana. En 1960 vio la luz su primer libro, Poemas desde la cárcel, que un grupo de amigos mandó a imprimir en Brasil. Otras obras suyas fueron España a tres voces (Buenos Aires, 1961, en colaboración con Luis Alberto Quesada y Jesús López Pacheco), Las soledades del muro (1977), Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida (2007), Poemas de la prisión y la vida (2011) y Vale la pena luchar (2013). Nuestro Archivo Francisco Rabal ofrece una muestra de las cartas y postales enviadas por Marcos Ana al actor murciano y su esposa, la actriz Asunción Balaguer, así como una entrevista en la que el poeta salmantino habló de su relación con Neruda.
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