La vida arrebatada de Friedrich Nietzsche
Traducción y prólogo de Iván de los Ríos
Errata naturae
Madrid
2016
128 págs.
Franz Overbeck fue el amigo más fiel y constante de Nietzsche. Quizás su único amigo. Desde los años centelleantes de la juventud en que ambos compartieron casa e infinitas búsquedas, hasta el momento en que, décadas después, el filósofo fue doblegado por la locura en las calles de Turín: allí fue a buscarlo Overbeck, a su vieja habitación de hotel, donde lo encontró agitando unos folios entre risas y bramidos salvajes, bailando y rodando por el suelo.
En este libro, que relata algunos de los episodios más reveladores de la vida de Nietzsche, Overbeck no pretende ofrecer un análisis filosófico de su obra, sino mostrar a Nietzsche en tanto que hombre: un hombre en minúscula, un pensador colosal de vida insignificante, capaz de alojar, como todos los hombres, miedos y gestos vanos, o ser caprichoso, o verse incapaz de sobrevivir a una velada en compañía de mujeres bellas o atrevidas o ambas cosas a la vez.
Así descubrimos que la soledad de Nietzsche es la de cualquier hombre; que su anhelo de grandeza es el de todo talento ególatra, torpe hasta la ternura en el manejo de uno mismo; y que su deseo de una vida auténticamente filosófica es una maquinaria que se atasca en las largas jornadas de este animal violento y maravilloso. ¿Pero quién podría adentrarse de verdad en los dominios del lobo y compartir su hambre, rebañar sus huesos, ignorar su furia? Overbeck lo hizo, y gracias a su testimonio, traducido ahora al castellano, también nosotros descubrimos al hombre que dijo ser dinamita pero que nunca dejó de ser un hombre.
Frank Overbeck nació en San Petersburgo en 1837 y estudió Teología en Leipzig, Göttingen, Berlín y Jena. En 1870 fue nombrado profesor de Historia de la Iglesia y de Exégesis del Nuevo Testamento en la Universidad de Basilea, donde vivió en la misma casa que Nietzsche. En 1873 publicó su obra más importante, Über die Christlichkeit unserer heutigen Theologie. Falleció en 1905.
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