Las incontables guerras emprendidas por Carlos V para salvaguardar la integridad de sus extensos dominios e incluso para ampliarlos supusieron un terrible desgaste para las arcas regias. El emperador tuvo que solicitar la ayuda de los Fugger, una familia de banqueros alemanes establecidos en la ciudad de Augsburgo y que desde el siglo XV se dedicaba al negocio de la banca.
Ellos fueron el bastión económico del Imperio, pues gracias a sus dádivas carlos de Gante obtuvo los votos necesario en el colegio imperial de electores. Obviamente, el tráfico de maletines como acto previo ante elecciones tan importantes era usual muchos siglos antes de nuestros tiempos.
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