Para confirmar que una mujer era fértil, se introducía un diente de ajo en su vagina, se empujaba hasta el útero y se mantenía allí durante toda la noche. Si al día siguiente la mujer sentía el sabor del ajo en la boca, se podía afirmar, sin duda, que la mujer era fértil y podría tener hijos, ya que no existía ninguna obstrucción en su organismo.
Mujer de parto en el Mesjenet, templo de Kom Ombo |
Para determinar el sexo del feto existía otro método que, según creían los antiguos egipcios, jamás fallaba. Este método consistía en: “Coloca cebada y trigo en dos bolsas de lona con la arena y fechas; orina sobre ellas cada día; si cebada y trigo germinan, dará a luz; si la cebada germina primero, será un varón; si el trigo, será una mujer; sí no germinan, no dará a luz.
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