La sexualidad tenía una gran importancia en el Antiguo Egipto, donde la relevancia de la virginidad era insignificante y la violación era castigada con la castración, siempre que no se hubiera asesinado a la víctima, en cuyo caso el culpable era condenado a la pena de muerte.
Los ojos grandes eran sinónimos de gran belleza, por lo que los agrandaban con el maquillaje. Asimismo, relacionaban el cabello con la sexualidad, ya que llevar el pelo suelto o despeinado suponía signo de erotismo, por lo que debían poner especial cuidado en el cabello. Esto estaba relacionado con el hecho que cuando dos mujeres rivalizaban por un hombre, lo hacía a través de la magia, para que la rival perdiera el cabello, como se señala en algunas de las recetas del Papiro Ebers. La mejor fórmula para contrarrestar los efectos de estos potingues era untarse la calva con escamas de tortuga y grasa de pata hipopótamo.
Otra de las prácticas realizadas al llegar la pubertad era la circuncisión varonil, practicadas por los sacerdotes. No consta esta práctica entre las mujeres, aunque hay controversias sobre el tema.
Las recetas contra los embarazos no deseados eran frecuentes. Un remedio anticonceptivo consistía en aplicar una mezcla de apio y cerveza en los genitales femeninos, aunque era más eficaz introducir en la vagina una especie de tapón empapado con una mezcla de mile, dátiles y espinas de acacia trituradas y polvos de coloquinto, una planta que se utilizaba como purgante.
El tema de la homosexualidad estaba tolerado, aunque no bien visto, parece ser por la esterilidad que esta práctica conllevaba. Aunque hay constancias de escarceos entre dioses, Horus y Set o la del faraón Pepy II y Sasenet.
Entre los afrodisiacos más utilizados, se contaba la lechuga, decían de ella que propiciaba la fertilidad entre las mujeres y aumentaba el deseo sexual en los hombres. La lechuga rezuma un liquida blanco y viscoso cuando se la corta, que ellos asemejaban al semen, por lo que era consagrada al dios Min. también utilizaban como afrodisíacos el fruto del granado y la mandrágora.
La sexualidad en el Antiguo Egipto estaba auspiciada por la diosa Anukis, diosa del agua, que protegía el placer sexual. Posteriormente, sería el dios Bes, que protegía la familia y los nacimientos, pero también era el protector del amor libertino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario