Una de las salas (cella) estaba dedicada a Atenea Partenos, "Atenea la virgen", por lo que el edificio fue conocido como el Partenón.
En 1687, los venecianos sitiaron la Acrópolis. Los turcos convirtieron el Partenón en polvorín porque pensaban que no se atreverían a atacar el templo. Durante el bombardeo por la artillería veneciana, el templo se incendió. La explosión destruyo el techo y parte de los muros y de la columnata.
Una vez conquistado, los venecianos arrancaron o destruyeron muchas de sus esculturas.
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