Alabanza de la lentitud
Lamberto MaffeiTraducción de Carlos Olalla Linares
Alianza Editorial
Madrid
2016
128 págs.
Si hay un signo de los tiempos actuales, sobre todo desde la irrupción en todos los ámbitos de la “era digital” presidida por internet y el teléfono móvil, esta es la inmediatez, el deseo cada vez mayor y más apremiante de la solución instantánea para saltar a otra cosa. Repartida nuestra atención entre cada vez más requerimientos urgentes, no es raro acabar albergando una sensación de angustia o de frustración. Y es que el cerebro es una máquina lenta, aunque útil si se acierta a hacerla funcionar. A caballo entre la neurociencia y las humanidades, Lamberto Maffei reivindica en esta Alabanza de la lentitud las ventajas y beneficios de una existencia más pausada que recupere el gusto por el detenimiento y por el aprecio del tiempo, y rompe una lanza a favor de la palabra, de la escritura, de la lectura y de la asimilación, así como por una civilización en la que prevalezcan la reflexión y el “pensamiento lento”.
Si hay un signo de los tiempos actuales, sobre todo desde la irrupción en todos los ámbitos de la “era digital” presidida por internet y el teléfono móvil, esta es la inmediatez, el deseo cada vez mayor y más apremiante de la solución instantánea para saltar a otra cosa. Repartida nuestra atención entre cada vez más requerimientos urgentes, no es raro acabar albergando una sensación de angustia o de frustración. Y es que el cerebro es una máquina lenta, aunque útil si se acierta a hacerla funcionar. A caballo entre la neurociencia y las humanidades, Lamberto Maffei reivindica en esta Alabanza de la lentitud las ventajas y beneficios de una existencia más pausada que recupere el gusto por el detenimiento y por el aprecio del tiempo, y rompe una lanza a favor de la palabra, de la escritura, de la lectura y de la asimilación, así como por una civilización en la que prevalezcan la reflexión y el “pensamiento lento”.
El libro del neurobiólogo italiano Lamberto Maffei incluye ambos enfoques, si bien con un interés desigual para el público amplio. A los lectores que no estén familiarizados con la neurociencia, los tres primeros capítulos pueden resultarles arduos. Pero si continúan con los dos siguientes, es probable que disfruten con las agudas reflexiones sociológicas del autor. En estos capítulos también queda más claro el papel de la libertad, frente a cierto determinismo de la primera parte.
Maffei muestra el contraste entre “el mundo moderno de la prisa” que ha traído la revolución digital y la “lenta maduración del sistema nervioso” a lo largo de la infancia y de la adolescencia. La velocidad de la tecnología, dice, casa mal con el desarrollo de esa máquina lenta y paciente que es el cerebro humano. Por eso, considera un error dar prioridad en la enseñanza al pensamiento rápido o digital frente al pensamiento lento, basado en la lectura y la escritura.
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