Los rollos de papiro (del egipcio antiguo per-peraâ, que significa “flor del rey” y adaptado el nombre original por los griegos bajo la forma pápyros) eran los principales soportes para las obras escritas y solían medir unos 6 ó 7 metros, aunque muchos de ellos sobrepasaban esta longitud.
En Egipto se usaron rollos de papiro desde los primeros tiempos del reino antiguo. El rollo de papiro más antiguo fue hallado en la tumba de Hemaka, (primera dinastía), en la necrópolis de Saqqara, alrededor de 2900 a. C., pero su texto no es visible. Los rollos escritos más antiguos de que disponemos son de la cuarta dinastía y la quinta dinastía.
El Papiro Prisse redactado probablemente hacia el fin de la dinastía XI es uno de los mejor conservado hallados hasta el momento y también uno de los primeros en el formato de “rollo”. Este documento fue obtenido por el orientalista francés Émile Prisse d'Avennes en Tebas en 1856 y se preserva en la Biblioteca Nacional de Francia. Se compone de dos tratados sobre la moral: el primero, incompleto, contiene las dos últimas páginas de los preceptos de Kagemni, chaty (o tyaty era el más alto funcionario del Antiguo Egipto, el primer magistrado después del faraón), de los reyes Huni y Seneferu, y es una recopilación de máximas morales y consejos sobre la práctica de la virtud; El segundo es el libro de máximas de Ptahhotep, chaty del faraón Dyedkara Isesi, penúltimo faraón de la dinastía V. Ambos textos probablemente datan de la V dinastía.
Papiro Prisse |
El gran Papiro Harris, que mide 42 metros es el mayor encontrado hasta el momento. Está redactado en escritura hierática; se divide en cinco secciones, con 117 columnas, de doce o trece líneas. Contiene tres dibujos, representando a Ramsés III frente a las tríadas de los dioses de Tebas, Menfis y Heliópolis. Se describen en el texto las donaciones del rey a los dioses y templos de varias ciudades, durante 31 años, para obtener el favor de los dioses. La lista de donaciones ocupa la mayor parte del papiro. En la última parte del texto se narran acontecimientos de la dinastía XX, describiendo la situación caótica a comienzos del periodo, y glorificando las hazañas del rey. Termina con la muerte de Ramsés III y el ascenso al trono de su hijo Ramsés IV, pero no cita la llamada conspiración del harén ni el asesinato del faraón.
Su nombre hace referencia a Anthony Charles Harris, quien lo compro en Tebas a una persona que aseguraba haberlo encontrado en Deir el-Medina, posteriormente en 1872 fue adquirido por el Museo Británico donde se conserva. Es probable que el pairo fuese robado de la tumba de Ramses III, donde habría colocado para que el difunto pudiera demostrar sus méritos al ser juzgado.
Gran Papiro Harris: Ramses III ante la tríada de Menfis. Museo Británico, Londres, Reino Unido |
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