Efervescencia cultural, pero también una lenta marcha hacia el nazismo: el periodo alemán de entreguerras fascina, como demuestra el éxito de la serie “Babylon Berlin”. El historiador Daniel Schönpflug lo ve como un reflejo de las incertidumbres de nuestro tiempo.
Toda Alemania parece estar esperando la emisión, anunciada para este verano, de la cuarta temporada de Babylon Berlín (2017-actualidad). Desde su lanzamiento en 2017 en el canal privado Sky 1, luego en el primer canal público ARD, la serie de televisión despertó entusiasmo al otro lado del Rin. E incluso más allá, ya que fue comprada por un centenar de países, entre ellos España.
Su intriga policiaca se anuda allí en los claroscuros de finales de los años veinte del siglo pasado, en un Berlín rimbombante de sus fiestas desenfrenadas así como de sus vanguardias artísticas.
Todo en una doble sombra: la que dejaron allí los traumas de la Gran Guerra (1914-1918), y la que ya dibuja el ascenso del fascismo, en el seno de una sociedad desgarrada por corrientes extremistas. Si este período es tan fascinante, mezcla de vitalidad y emociones crepusculares, es porque recuerda el que estamos viviendo, dice el historiador Daniel Schönpflug, autor de un ensayo sobre los locos años 1920 (Le Temps des comètes, ed. Vuibert), quien también es especialista en revoluciones políticas europeas. Una era de incertidumbre, ilegibilidad y febril.
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