Ensayos de un buscador espiritual
Traducción de Silvia Moreno Parrado
Errata naturae
Madrid
Madrid
2022
248 págs.
Leer a Emerson despierta una parte de nuestra psique y de nuestra experiencia del mundo que la cultura contemporánea ha desechado. Un pasaje al presente imperecedero.
Comienzo a escribir la contracubierta de este libro y recuerdo que hace un tiempo un buen amigo me preguntó por qué me parecía tan importante el pensamiento de Ralph Waldo Emerson; por qué pasaba tanto tiempo buceando en sus textos; por qué, como editor, me parecía fundamental confeccionar y publicar esta antología.
Mi respuesta fue que la obra de Emerson —y en particular los escritos que conforman este volumen— despierta una parte de la psique humana que la cultura y la sociedad contemporáneas han suprimido brutalmente. Su filosofía, de acuerdo con la visión ancestral, mayoritaria y sin embargo hoy desdeñada de la experiencia humana, nos presenta un universo por entero vivo y de orden moral, así como un núcleo espiritual que rige en el centro de cada uno de nosotros. De hecho, esa visión espiritual se despliega en estos ensayos sobre todo aquello que nos concierne: la ética, la política, la economía, el poder, el amor, la amistad… Así, según avanzamos por sus páginas, la oscura pesadilla que el rampante materialismo de nuestro tiempo ha instalado en nuestras conciencias —como si el mundo y los seres que lo componen no fueran más que una inmensa máquina desprovista de sentido— se va deshilachando. Algo despierta. Algo que a lo mejor ni siquiera recordabas que existía. Llámalo como quieras. Al instante reconocerás que ese despertar es la tarea original y más antigua de la filosofía: no tanto algo que nos ayuda a comprender la realidad como algo que nos ayuda a sanar las heridas que esta nos inflige. Y de este modo, tal como relatan las leyendas, una puerta se abre, un camino se traza. La percepción desesperanzada que tenemos de nosotros mismos —y que ha dado lugar a la crisis civilizatoria global que hoy amenaza con la destrucción planetaria— comienza a ceder. La Naturaleza, lo Absoluto y su misterio recuperan su lugar. Lo real y lo sagrado vuelven a ser, como siempre fueron, una sola cosa.
Ralph Waldo Emerson (Boston, 1803 - Concord, 1882). Nació el 25 de mayo de 1803 en Boston, Massachusetts. Realizó sus estudios en la prestigiosa Harvard Divinity School y fue ordenado ministro unitario en 1829, pero abandonó definitivamente la Iglesia muy poco después, en 1832. En los años siguientes, durante un largo viaje por Europa, trabó relación con figuras de la talla de William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, que influyeron tanto en su pensamiento como en sus posiciones vitales. Emerson regresó a Massachusetts en 1834, para instalarse en Concord y cofundar The Transcendental Club. Allí conoció a Henry David Thoreau, con el que mantuvo una intensa amistad durante muchos años y a quien cedió la parcela de terreno en la que el autor de Walden construiría su famosa cabaña junto a la laguna. Emerson se ganó la vida como conferenciante y fue considerado uno de los más destacados oradores de su tiempo. También publicó de manera periódica sus ensayos en revistas como The Dial y The Atlantic —que él mismo fundó—, los cuales fueron recopilándose en diversas antologías y tuvieron una enorme influencia en el desarrollo del pensamiento norteamericano y europeo de la segunda mitad del siglo XIX, incluyendo, por ejemplo, sonoras alabanzas de filósofos como Friedrich Nietzsche. Murió en 1882 y a día de hoy sigue siendo una de las figuras más veneradas en la historia de las letras estadounidenses.
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